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Joaquín, Varela, Rubén Castro y Fabián se ejercitan junto a Mel. / José Luis Montero
El entrenador del Betis, Pepe Mel, ha mostrado hoy su satisfacción y casi alivio por la renovación de Dani Ceballos, sin duda el asunto de la semana a la espera del partido ante el Espanyol. «Está claro que ha soltado un lastre que llevaba en el día a día. Ahora no hay excusas ni desviaciones mentales», ha dicho el técnico verdiblanco.
«Es una alegría para todo el mundo en general porque en cada entrevista una pregunta es sobre su compañero, y para el entrenador también. Es un asunto que se queda cerrado y es el final que esperaba, se ha alargado en el tiempo pero es bueno para todos, principalmente para él. Ahora esperamos que esté a la altura que todos esperamos y también el club, que por eso ha apostado fuerte por él», ha indicado Mel.
Ahora que todo ha concluido, el míster del Betis también reconoce que la dilación en la renovación afectó a Dani Ceballos más de lo que habría sido conveniente, aunque tampoco espera una metamorfosis inmediata: «Esto no es la purga Benito. Está claro que ha soltado un lastre que llevaba en el día a día y ahora va a poder centrarse en su trabajo, que es lo más importante, porque él tiene claro que el entrenador va a poner a los que estén mejor. Ahora no hay excusas ni desviaciones mentales. Esperamos con los brazos abiertos al jugador que sabemos que es», ha advertido.
En cuanto a los detalles de la negociación, Mel se ha aislado hasta este punto: «Todo el mundo está en su derecho de pedir lo que crea y el club de poner sensatez. Yo no sé lo que gana y me importa un carajo, lo que me importa es cómo entrena. A la gente le tiene que importar si juega, si lo hace bien y si se deja el alma por el Betis. Imagino que habrá intentado ganar lo máximo, como hacemos todos. Pero lo importante es que sus compañeros tienen el descanso de saber que el culebrón Ceballos ha acabado», ha dicho.
De hecho, ha sido tan bien acogida la renovación del canterano que así ha sido recibido por sus compañeros y el cuerpo técnico: «Ha tenido una buena bienvenida, se ha llevado varias collejas y yo le he dado dos collejas y dos patadas porque nos ha hecho sufrir», ha contado.