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Adiós querida, se te echará de menos

El Sevilla se despide de la Europa League. Toca intentarlo en la Champions...

07 dic 2016 / 23:08 h - Actualizado: 08 dic 2016 / 21:49 h.
"Sevilla FC","Champions League","Sampaoli"
  • Los jugadores del Sevilla, en el Parc Olympique Lyonnais. / Efe
    Los jugadores del Sevilla, en el Parc Olympique Lyonnais. / Efe

La noticia saltaba a las 22.36: el Sevilla no ganará la Europa League en 2017. Justo en ese instante, el sueco Eriksson decretaba en el Parc Olympique Lyonnais el final del partido entre el equipo francés y el español, con un empate a cero que sellaba el pase del Sevilla a los octavos de final de la Champions tras seis años sin hacerlo. Los de Sampaoli, a duras penas, confirmaron el paso adelante: tras la sobredosis de Europa League es hora de emprender otro camino en busca de más gloria, la de la Liga de Campeones.

Inevitablemente, el sevillista echó una lagrimita al viento pese a la alegría de ver a su equipo entre los 16 mejores de Europa. La historia de amor del Sevilla con la Europa League –la Copa de la UEFA de casi toda la vida– está llena de éxtasis, casi siempre a favor de los andaluces: la histórica e irrepetible explosión de alegría en Eindhoven, las manos de Palop en Glasgow, el Mbiazo en Mestalla en el 94’, el primer Euroderbi de la historia, la segunda parte de Basilea ante el Liverpool, los goles de Bacca en Varsovia, los penaltis ante el Athletic, la clasificación de rebote en 2014, el zurdazo de Antonio Puerta y la fiesta posterior en la Feria de 2006... Mil y una historias y 1.106 días seguidos, los que habrá pasado el paragüero más ilustre del mundo cuando el 24 de mayo próximo alguien levante al cielo de Solna (Suecia) la Europa League.

Ese día, el sevillista echará otra lagrimita. Ese día, seguramente, el Sevilla ya habrá caído en la Champions League. Pero indudablemente el crecimiento del Sevilla pasa por la receta de siempre: seguir intentando tocar lo que no hay que tocar, hacer ruido en la Liga de Campeones y que sea lo que Dios quiera. Ese es el principal objetivo de Jorge Sampaoli desde que firmó su contrato en el Sánchez-Pizjuán.

Hubo un día en el que alguien imaginó al Sevilla ganando un título de nuevo, tras décadas malditas. Cuando lo hizo, unos cuantos más se unieron para imaginar seguir ganando más y más. Cuando también lo consiguió ya nadie paró la ambición acumulada en los genes del sevillismo al completo: peleó una Liga a los dos gigantes a la vez que ganaba tres copas esa temporada, se reseteó y se convirtió en pentacampeón europeo, echó el ancla en la grandeza y se preparó para lo siguiente. ¿Alguien se ha imaginado al Sevilla dando por saco en la Champions? Pues parece que sí...