Qué lejos queda septiembre...

El Sevilla era colista tras caer en la primera vuelta en Las Palmas

14 feb 2016 / 20:45 h - Actualizado: 17 feb 2016 / 22:47 h.
"Sevilla FC","Unai Emery","Cristóforo"
  • Los jugadores del Sevilla se felicitan tras la consecución del 2-0 a Las Palmas. / Efe
    Los jugadores del Sevilla se felicitan tras la consecución del 2-0 a Las Palmas. / Efe

El Sevilla que le ha ganado este domingo a Las Palmas en el Sánchez-Pizjuán –¿dónde si no?– en nada tiene que ver con aquel equipo indescifrable, alicaído, roto y colista que cogió un avión desde las Islas Canarias a finales del mes de septiembre de 2015 tras haber caído ante un equipo, el amarillo, que no había sido capaz de vencer a nadie hasta entonces. La metamorfosis es tal, que podemos escoger cualquier aspecto del juego para comparar a aquel Sevilla débil, vulnerable y prácticamente inofensivo en ataque con el actual, sólido, seguro de sí mismo, con la pólvora seca y tan fiable en su estadio que gana ya casi sin querer.

Cuando un equipo se siente grande y apunta a cosas grandes no sólo gana jugando bien o mejor que el contrario, sino que lo hace en días feos como éste de San Valentín y bajo una dulce resaca tras la borrachera de felicidad en la Copa. No sólo en lo colectivo, el Sevilla tiene otra cara bien distinta en aspectos individuales. En aquel Las Palmas-Sevilla de septiembre (2-0) jugó de titular Sebastián Cristóforo. Muchos se llevaron las manos a la cabeza y señalaron con ira a Unai Emery tras ver el rendimiento del equipo en el estadio de Gran Canaria. Hoy todos coincidimos en destacar las cualidades del uruguayo y no nos limitamos a señalar su amor propio y capacidad de lucha tras superar dos importantes operaciones en una de sus rodillas, con lo que eso conlleva para un futbolista en la élite.

Cristóforo es uno de los responsables del evidente crecimiento del Sevilla. Su capacidad de entrega estaba ya contrastada, pero su criterio táctico e inteligencia a la hora de leer el fútbol sobre el césped está sorprendiendo precisamente por estar a un altísimo nivel tras muchísimos meses viendo los partidos desde la grada. Se rompió la rodilla cuando mejor estaba hace dos temporadas y ahora parece del todo indiscutible. Es difícil catalogar a este jugador: ¿es de los llamados destructivos? ¿Acaso un organizador? No tiene el talento de Banega –¿quiénes lo poseen?– ni la capacidad física de Krychowiak, pero Cristóforo aúna parte de la cualidades de ambos y las potencia sabiendo en cada momento lo que más le conviene al equipo. Eso vale mucho dinero y si la rodilla no le da más disgustos, el Sevilla tiene centrocampista de alto nivel para rato.

Pero sigamos. Aquel Sevilla colista en septiembre era goleado por cada rival que se le ponía por delante. En los últimos 21 partidos ha recogido el balón de su red sólo en ocho ocasiones. Tremendo. Aquel Sevilla que tampoco despertó en octubre ni en noviembre había ganado cinco partidos tras doce jornadas de la Liga y cuatro de la Champions League. Este Sevilla, en esos 21 partidos ante referidos tan sólo hincó la rodilla en Los Cármenes, en un partido que bien pudo empatar. La metamorfosis es total. Ahora N’Zonzi sí es válido, Kolo se parece cada vez más al de la temporada pasada, Sergio Rico, con altibajos, crece y pocos se acuerdan de que Krychowiak anda lesionado. Pero, curiosamente, el que sigue igual es un tal Unai Emery.