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El St- Jakob-Park durante un partido de esta temporada.
Andan preocupados en el Sevilla por la poca capacidad competitiva del equipo cuando juega de visitante. Una debilidad que no sólo se aprecia en la Liga, donde los de Emery son el único equipo que no ha ganado un solo partido fuera de casa, sino que se traslada también a las competiciones europeas: ni en la Champions (tres partidos, tres derrotas) ni en la Europa League (un partido, una derrota) ha podido el Sevilla arrancar siquiera un empate. Este jueves visita al Basilea, cuyo estadio de cuatro estrellas albergará la final de la competición y que sólo ha visto hincar la rodilla a los suizos en dos ocasiones esta temporada: una en la liga helvética ante el Grasshopper (2-3 en noviembre) y otra en la Europa League frente al Os Belenenses (1-2 el 22 de octubre).
El St. Jakob-Park registrará, además, una buena entrada para ver el primer enfrentamiento entre el Basilea y el Sevilla, actual campeón de la competición. Nadie en Basilea quiere dejar escapar la oportunidad de llegar lejos en una Europa League especial por jugarse la final en el estadio suizo. Las estadísticas previas, no obstante, alimentan las esperanzas de los de Emery. El Sevilla sólo ha jugado una vez en Suiza y goleó al Grasshopper (0-4 en 2006), mientras que el balance del Basilea ante conjunto españoles es bastante negativo: dos victorias, dos empates y cuatro derrotas en Basilea; y dos empates y seis derrotas en España.