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El Sevilla tendría una plantilla con 25 jugadores más canteranos. -
José María del Nido Carrasco, Unai Emery y Monchi conversan durante uno de los viajes del Sevilla esta pasada temporada. / Efe
El Sevilla de Champions mantendrá la esencia del equipo exitoso de las últimas dos campañas, aunque cambiará a muchas piezas dentro del plantel, quizás más de las esperadas. El verano futbolístico –el de verdad empieza esta tarde a las 18.38 horas– ha arrancado frenético para el Sevilla, que ya ha despedido a seis jugadores de la plantilla del curso pasado. El club nervionense ha decidido vender a Aleix Vidal al Barça por una cantidad que ronda los 20 millones como mínimo y a Iago Aspas al Celta por alrededor de cinco, mientras que ha rescindido el contrato de Barbosa y Fernando Navarro y no ha renovado los de Deulofeu y Mbia –el camerunés regresó a Sevilla para la segunda boda de Ivan Rakitic con su esposa y todavía no ha querido firmar el contrato con el Trabzonspor turco–.
Visto el panorama, hay que atreverse mucho para afirmar que no saldrá ninguna pieza importante más de Nervión –el periodo de fichajes permanecerá abierto hasta finales de agosto–. Sin embargo, la idea del Sevilla a día de hoy es que así sea. En ese caso, en la planta noble del Sánchez-Pizjuán se planea retocar la plantilla lo suficiente como paliar las seis bajas acontecidas ya y otras tres que casi seguro se producirán y que responden a la demanda de Unai Emery de dar salida a tres jugadores con los que no cuenta: Diogo, Cristóforo y Arribas. Además, el regreso a la Champions League requiere amplitud de plantilla y fichajes de cierto nivel pese a que partan con la etiqueta de secundarios –el ejemplo perfecto es el de Kakuta, que tendrá que pelearle el puesto a José Antonio Reyes–.
Así pues, los huecos aparecen en el lateral izquierdo, donde sólo está ya Tremoulinas –El Decano Deportivo informó ya en mayo que Guerreiro (Lorient) era la primera opción–; en los dos puestos de central –Pareja no volverá hasta enero y Arribas puede salir–; en el lateral diestro si se confirma la salida de Diogo; un recambio para Cristóforo en la medular –Krohn-Dehli suple la baja de Mbia–; en la competencia para Vitolo en la izquierda –¿Konoplyanka?– y un tercer delantero o mediapunta donde el Sevilla pretende hacer una adquisición de cierto nivel.
De esos siete fichajes, sólo el de Konoplyanka podría tener opciones reales de empezar de titular. La idea de Emery es colocarlo a pierna cambiada por la izquierda, donde protagonizaría una interesante pugna con Vitolo. La llegada del ucraniano no es segura, pero cada vez hay más voces que así lo aseguran –ayer en Turquía informaban de una oferta del Galatasaray rechazada por el jugador que incluiría una prima de fichaje de 1,5 millones y un sueldo de 2,2–. En el Sevilla esperan que en los primeros días de la próxima semana pueda haber novedades definitivas.
Otra adquisición de gran dificultad es la del central del Milan Adil Ramí. Monchi intenta lograr su cesión con opción a compra, aunque la alta ficha del jugador lo hace todo aún más complicado. No ha tirado la toalla el Sevilla, que además prevé fichar a otro central: Pareja está lesionado y es una incógnita cómo regresará en 2016.
El resto de operaciones también se cuecen a fuego lento, todo lo contrario que la llegada de Krohn-Dehli, cuando el Sevilla se movió rápido por un futbolista que terminaba contrato. El Lorient pide demasiado por el lateral Raphael Guerreiro: el Sevilla no lo ha descartado porque el verano es largo, pero por ahora casi que sí lo está. Activará las opciones que tiene sobre la mesa para el lateral diestro cuando haya movimiento en torno a Diogo, al que se le busca el mejor destino posible –la opción de Montoya sólo es viable si el Barça se empeña en recuperar a Denis y el Sevilla accede al jugador bajo la misma fórmula que con el gallego–.
Para el centro del campo y la delantera habrá que esperar más. En el Sevilla no quieren desprenderse de jugadores como Bacca o Krychowiak, pero nadie puede asegurar que no se vaya a repetir un caso como el de hace un año con Fazio, quien pagó su cláusula. Es en ataque donde Monchi quiere gastar algo más si es necesario. La Champions lo requiere.