Iglesias y Rivera coinciden en que el Estado no debe rescatar a Abengoa

Los líderes de Podemos y Ciudadanos protagonizan un debate en la Universidad Carlos III y declaran que no se puede «salvar los muebles» a una empresa que «no ha hecho las cosas bien»

27 nov 2015 / 19:11 h - Actualizado: 28 nov 2015 / 13:48 h.
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  • Corte del debate donde dan su opinión sobre Abengoa. (El siguiente vídeo es el debate completo).
  • Debate completo entre los dos candidatos. / Europa Press

Los líderes de Ciudadanos, Albert Rivera, y Podemos, Pablo Iglesias, se han mostrado de acuerdo en que el Estado no debe rescatar a Abengoa, en preconcurso de acreedores, porque no se puede «salvar los muebles» a una empresa que no ha hecho las cosas bien, ha apuntado Rivera.

Han respondido así a una pregunta planteada en el debate a dos que se está celebrando en la Universidad Carlos III sobre el papel que debe desempeñar el Gobierno ante los problemas de endeudamiento que atraviesa esta compañía energética.

Iglesias ha insistido en que el Estado no puede reflotar una empresa «para socializar las pérdidas» porque, de ser así, habría que «socializar» también los beneficios.

De igual manera, Rivera ha señalado que en el caso de plantearse un rescate hay que hacerlo con «un objetivo social» y no como se ha hecho, por ejemplo, con la banca, ya que existen cien mil viviendas en manos de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la reestructuración bancaria que están «vacías».


RESUMEN DEL DEBATE

Unos ciudadanos, en este caso estudiantes de la Universidad Carlos III -organizadora de este primer debate electoral-, que han aplaudido sobre todo al líder de Ciudadanos, que ha estado algo más fresco que su rival, más concentrado en recitar de carrerilla su programa político.

También ha habido abucheos sonoros a los dos ausentes, Mariano Rajoy, especialmente, y Pedro Sánchez, cuando, para introducir el debate, se han proyectado imágenes de los cuatro aspirantes a presidir el Gobierno. Y para que su ausencia estuviera en todo momento presente, ahí se han quedado sus dos taburetes.

Camisa blanca -o casi- remangada y pantalón oscuro, ha sido el uniforme escogido por ambos para este debate inédito en un aforo desbordado (1.200 plazas), que ha tenido que cerrar sus puertas dejando a centenares de estudiantes haciendo cola.

Y no parece que haya defraudado por los comentarios de los universitarios, aunque si el cara a cara ha sido algo más ágil ha sido gracias a las cuñas del moderador, el periodista Carlos Alsina, porque ambos líderes -más Iglesias que Rivera- tenían cierto apego al formato mitin.

Se han pisado la palabra varias veces, interrumpiéndose sin encono pero tampoco sin tregua, sobre todo Rivera, hasta el punto de que Iglesias no ha podido evitar soltarle en algún momento: «no te pongas nervioso y no me interrumpas».

Promesas muchas, las de siempre, y una inesperada. La de un catalán que se ha comprometido hoy con el bable y un madrileño que ha prometido que si llega a presidente del Ejecutivo aprenderá «un poco» de euskera, de catalán y de gallego.

Se ha hablado también de filosofía porque una estudiante ha mostrado su inquietud porque sea suprimida de la enseñanza secundaria como quiere el PP y les ha preguntado a los dos por una obra indispensable.

Iglesias ha citado «La crítica de la razón pura» de Kant y Rivera también ha mencionado al filósofo alemán, pero ha tenido que admitir, en la repregunta, que no había leído nada de él.

Además, ha habido algún que otro ataque común a ese bipartidismo que ha sido invisible esta mañana, ese que quieren superar y reemplazar, y también ha habido abrazos, al final. Es la nueva política.

Lidiando con este debate «histórico», un periodista de radio, que ha intentado mantener a raya a ambos líderes bajo amenaza de que si se excedían en sus tiempos -ha bromeado- se vería obligado a recurrir a la «técnica mariana» de «una colleja o dos», recordando la que le dio anteayer Rajoy a su hijo por sus críticas infantiles a Manolo Lama.

Casi dos horas de debate, en el que el tanto aquí se lo han apuntado los estudiantes por organizar un acto al detalle y demostrar, como ha dicho la portavoz, que los jóvenes se quieren implicar en la política, que «no se hace en las pantallas de plasma ni solo en las instituciones».