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10 años para reparar el error

Las balsas de fosfoyesos de Huelva serán un pulmón verde en una década.

el 20 abr 2010 / 19:31 h.

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Un activista de Greenpeace mide los niveles de radiación de los fosfoyesos.
1968. Fertiberia logra un permiso para verter fosfoyesos -un subproducto industrial del yeso, contaminante, procedente del ácido fosfórico- a la marisma de Meraña, en Huelva, a 500 metros de la ciudad, a la vera de su fábrica. Un año tras otro, se fueron llenando con 75 millones de toneladas de residuos más de 1.200 hectáreas de suelo, en plena zona de dominio público marítimo terrestre, en las Marismas del Odiel , reserva de la Biosfera. Lo que en los años del desarrollismo valía se volvió, en plena era del conservacionismo, en insostenible. De ahí que colectivos ecologistas y vecinales onubenses iniciaran una pelea legal contra las balsas. El resultado: una contundente victoria en la Audiencia Nacional en 2007, con orden de parar los vertidos en diciembre de este año como máximo y de que se limpie la zona afectada. Gobierno y Junta , con numerosos especialistas, se han pasado un año pensando y repensando el futuro de ese suelo y ya hay solución: dentro de un mes comenzarán los trabajos para regenerar y descontaminar los dos primeros solares (1.800 metros cuadrados en total) que estarán listos antes del verano, el primer paso para la "obligada recuperación del terreno", como lo definió ayer el secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro.

El "principio del fin", como lo califican Greenpeace o Ecologistas en Acción , se llevará a cabo con el dinero de Fertiberia -con la máxima de que quien contamina, paga-. Se busca "revertir completamente" la "situación ambiental deficitaria", "reconducir el deterioro ambiental y paisajístico de la zona" y trocar el problema en solución. Cuando esté remozado dentro de 10 años, este espacio será un nuevo pulmón verde de la ciudad, que genere oxígeno, secuestre dióxido de carbono y aporte calidad de vida a los ciudadanos. Nada que ver con unos restos que tienen elevados contenidos en metales tóxicos y radiactivos -según un informe del Seprona de la Guardia Civil- y que han llevado a la Comisión Europea a amenazar a España con una multa "porque la naturaleza no es un basurero".

Como explicó ayer el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, no se trata de un "proyecto aislado", sino que el rescate de este solar implicará a gran parte del Gobierno andaluz para proporcionar "beneficios ambientales, sociales y económicos". Se prevé que en la zona se inviertan 139 millones de euros hasta 2015 en actuaciones de "mejora de la calidad de las aguas, el aire y el suelo, en la correcta gestión de los recursos y el fomento de la participación ciudadana". Los trabajos generarán, según los cálculos más optimistas, hasta 1.400 empleos asociados. Como matizó el portavoz de la comisión de expertos, Juan Luis Ramos, se pretende que "el sellado de las balsas sea seguro, con capas múltiples, para que no llegue a la cadena trófica y el material radioactivo quede apantallado". "No debe haber transferencias de fosfoyesos al ecosistema", enfatizó.

¿Y los empleos? La optimización ambiental, que el ministerio presentará "completamente redactada" en breve, también dará respuesta, según Trillo, al problema generado por la merma en la actividad de Fertiberia que conlleva la paralización de los vertidos, lo que tiene en jaque a sus casi 400 empleados. Lo que la Junta busca es "evitar el cierre traumático", con una clausura "ordenada, gradual y concertada con los trabajadores".

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