Vaya fecha la de hoy. Para quienes vivieron la Transición el 15 J es la fecha que marcó la frontera, la de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura que mantuvo a este país fuera de la órbita de los derechos civiles. Tal día como hoy, hace 32 años, las urnas marcaron la diferencia, nacía una ciudadanía responsable, con partidos e instituciones que tenían que crecer y afianzarse. Aquel 15 J muchos descubrieron el placer de votar en paz y en libertad a pesar de las carencias que tenía todavía la nueva España.
Rostros como los del Rey, Adolfo Suárez, Felipe González, Manuel Fraga, Santiago Carrillo, formaban el cuadro del consenso necesario, el de renunciar a lo propio para alcanzar el mínimo común denominador. La paradoja es que este 15 J la noticia es la movilización por el descenso del Betis. Bravo por los béticos que pelean por lo suyo, pero el problema es que toda la sociedad de derechos y del bienestar está a punto de bajar a segunda, con una izquierda que anda perdida y desunida, y una derecha con fórmulas ruinosas. Y eso moviliza poco o nada. A lo mejor esta bien el sonrojo de la evidencia y que hoy sea 15J.
Porque hemos visto que en las últimas elecciones se votó poco y mal. Con una Unión Europea que no hace sus deberes, olvidando su esencia política a favor de la económica, y a la que le falla una fórmula electoral propia, para un gobierno europeo. Sería bueno poder votar a Daniel Cohn Bendit, el ex líder del 68, que con los verdes en Francia ha sacado casi tantos votos como los socialistas galos; o comprobar los votos que tiene la extrema derecha en este país. En Europa, en España, hay que recuperar el valor del consenso y de la imperfecta democracia ante las dictaduras. Sólo hay que ver el asombro que producen series como la de Antena 3, La chica de ayer, donde la ficción permite viajar atrás en el tiempo hasta el 77, al poner en evidencia el contraste bestial en la falta de derechos y de respeto. Lo que ganamos y lo que peligra.
Periodista. opinion@correoandalucia.es
