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1808-1810: Sevilla, capital de España

El 16 de diciembre de 1808, con más de media España bajo el yugo de las tropas del ejército napoleónico, el conde de Floridablanca convoca la Junta Central en Sevilla. La ciudad pasa a ser la capital política de España hasta 1810, cuando las Cortes, ante la cercanía del ejército francés, tiene que emigrar a Cádiz, donde proclamaría la Constitución de 1812, La Pepa.

el 21 nov 2009 / 20:40 h.

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"La decisión de Floridablanca hace que se instalen en Sevilla las personas que querían renovar el régimen absolutista", asegura el historiador Manuel Moreno Alonso, quien defiende que, entre esos dos años, "Sevilla fue la capital política de España, el germen del que nació la España contemporánea".

A Sevilla llegan también los embajadores de las principales potencias europeas, como Austria e Inglaterra. Uno de los políticos de esta última nacionalidad que llega a la ciudad es Henry Richard Vassal Fox, conocido como Lord Holland, quien iba a desarrollar un papel esencial desde Sevilla en el liberalismo español que engendraría La Pepa en 1812. Holland, además, fue el principal valedor de un liberal sevillano ilustre: José María Blanco White.

Floridablanca había sido hombre de confianza y ministro (secretario, en la terminología de la época) de Carlos III y Carlos IV, dos nombres propios del absolutismo monárquico español.

La invasión napoleónica había puesto en jaque la monarquía, hasta el punto de que "el pueblo español, impelido por las ideas liberales, la vio como una oportunidad de acabar con el régimen absolutista e implantar un gobierno del pueblo. Y ese cambio, esa revolución que conlleva el nacimiento de la nación española contemporánea, se produjo en Sevilla", insiste Moreno Alonso.

Pero el conde ("una especie de Carrero Blanco", en palabras de Moreno Alonso) no era la persona más adecuada para liderar este cambio, más aún teniendo en cuenta que tenía 80 años y que era él quien presidía la Junta Central en Sevilla. Sin embargo, Floridablanca muere el 30 de diciembre en los Reales Alcázares -donde estaba la sede de la Junta Central Suprema-, recinto histórico que, precisamente, va a ser uno de los protagonistas silenciosos de esta historia.

"Sevilla ha olvidado esta parte de la Historia: aquí se forjó la Constitución que luego se aprobó en Cádiz, desde aquí se organizó al ejército que venció en la Batalla de Bailén, aquí vino Wellington reclamando a los políticos de la Junta Central que organizaran el ejército español contra las tropas francesas... y, sin embargo, nos hemos quedado en la anécdota de Daoiz y Velarde", critica Moreno Alonso.

Con el traslado de las Cortes a Sevilla, llegaron a la ciudad personalidades como Jovellanos, M. J. Quintana e Isidoro Antillón, pero también los sevillanos Alberto Lista y José María Blanco White, a la postre dos de los padres del espíritu liberal que se vivió en la ciudad esos años.

Desde la prensa. Antillón, Lista y Blanco White se conocían de Madrid. Los tres eran jóvenes que participaban en la capital en la tertulia de Quintana. Ahí nació el Semanario Patriótico, editado por Antillón. "Patria es una palabra que surge de ese espíritu liberal del pueblo contrario al absolutismo. España vive esos años una revolución establecer el protagonismo político de los españoles, del pueblo español y no del Rey, en la creación de las leyes", explica Raquel Rico, catedrática de historia del Derecho.

El Semanario Patriótico apuesta y propugna esas ideas liberales. "Tuvo una primera etapa en Madrid, entre el 1 de septiembre y el 1 de diciembre de 1808, y a partir de ahí llega a Sevilla, donde Quintana, que era entonces su único redactor, le encarga la redacción del periódico a Blanco White y a Antillón", apunta Antonio Garnica Silva, catedrático de Filología Inglesa en la Hispalense y experto en Blanco White.

Así fue como el escritor y periodista sevillano regresó a la ciudad que lo había visto nacer y en la que volvió a encontrarse con Alberto Lista, quien, influido fuertemente por las ideas filantrópicas del enciclopedismo francés , colaboró como poeta en El Correo Literario y Económico de Sevilla y redactó el Espectador Sevillano.

Así comenzaba a nacer la nueva España, la españa contemporánea. "Ésa fue la verdadera transición y no la de hace 30 años", asegura Moreno Alonso. Sin embargo, las tropas francesas se acercan a Sevilla y la tensión iba en aumento.

El duque de Wellington fracasó en Sevilla en sus intentos por que la Junta Central -que había organizado la exitosa victoria de España ante Francia en la batalla de Bailén- pusiera orden al ejército español repartido por España. Junto a esto, Blanco White cae en desgracia porque sus artículos -críticos con el desarrollo de la guerra- no gustan a los militares. La situación es insostenible y en enero las tropas francesas llegan a Sevilla. Las Cortes y Blanco emigran a Cádiz. Allí se proclamaría La Pepa. De allí huiría Blanco a Inglaterra. Así perdió la memoria Sevilla.


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