Ayer fue uno de esos días en los que el futuro de muchos jóvenes podía cambiar en un instante. Si el número de su solicitud coincidía con el de una de las bolitas del sorteo, serían agraciados con una de las 328 viviendas de protección oficial que Emvisesa ponía a disposición de los sevillanos. Entre ellas, 233 pisos de entre 1 y 4 dormitorios en el barrio del Porvenir, que había acumulado más de 42.000 solicitudes al ser una de las promociones más céntricas de Emvisesa.
Unas 1.500 personas se dieron cita en el palacio de deportes de San Pablo en un día gélido y lluvioso que se iba encendiendo según avanzaban los minutos. Poco después de las 10 de la mañana, los bombos ofrecían el primer número ganador de una vivienda: el 17.372.
El agraciado, del sorteo de entre 26 y 34 años, no se encontraba presente, pero el nerviosismo comenzaba a hacer mella entre los que presenciaban el sorteo en directo. Y así siguieron saliendo los primeros números, todos rondando el 17.000, una casualidad que provocó el enfado de los presentes que gritaban "mueve el bombo" para ver si la suerte les acompañaba.
A los pocos minutos salió una bola con el número 69. Un murmullo surgió entre el público al que se escuchaba decir "está aquí". En un lateral, Francisco Becerra levantaba sus manos en un gesto de alegría contenida para comunicar que le había tocado una vivienda en El Porvenir.
"Ha sido para mi hermana pero estoy tan contento como si me hubiera tocado a mí". Lara Becerra, de 28 años, es secretaria en un estudio de arquitectura y una fiel asistente a estos sorteos. "Cuando la he llamado no se lo creía", aseguraba su hermano, "aunque esperemos que ahora los bancos se porten bien y le den la hipoteca".
Precisamente, hacer entrega del 5% del precio total de la vivienda, que cuesta a partir de los 88.000 euros de un piso de 70 metros cuadrados de régimen especial, es una de las exigencias que se solicita a los demandantes.
Ante esta dificultad, Aroa González y Elisabeth Gómez, dos amigas que acudían jutas al sorteo, decidieron optar por una de las viviendas en régimen de alquiler. Aroa, embarazada, era la primera vez que acudía a un sorteo de protección oficial con la "esperanza" de poder iniciar una "nueva vida" en su "propia casa".
Mientras, los bombos seguían sacando las bolas de las viviendas en El Porvenir y, con ellas llegaban las primeras decepciones. "Qué bien me vendría uno de los pisos, pero no ha habido suerte", comentaba Rafael Sánchez a la salida del palacio de deportes. Y por fin llegó uno de los momentos más esperados, el sorteo de los jóvenes de entre 18 y 25 años.
Un bombo que fue recibido con una ovación cerrada y un impactante silencio según salían las bolas. Con el 8.926 llegó el siguiente agraciado presente en en San Pablo.
Mari Carmen Montilla, una joven de 23 años, lloraba al conocer que le había tocado un piso en El Porvenir. "Estoy llamando a mi novio y no lo coge, hoy nos ha cambiado la vida", señalaba mientras se abrazaba a su madre.
Las 233 viviendas del Porvenir ya tenían dueño y el público iba desalojando un palacio de los deportes que se quedaba desierto. Aún quedaban esperanzas para los que optaban a una vivienda en régimen de alquiler. 95 pisos en San Luis y Torrelaguna cuyas bolas fueron saliendo y agraciaron a Manuela Granado.
Con tan sólo 20 años y en una situación económica bastante ajustada, esta vivienda le permitirá "disfrutar" de su hija pequeña y de la nueva vida que comienza.
Las nuevas viviendas en El Porvenir estarán terminadas para 2012 "aunque con dos meses de retraso", indicó el concejal de Urbanismo, Gómez de Celis. Asimismo, anunció el aumento del presupuesto del proyecto tras acordar con Medio Ambiente el traslado de la tierra del solar a un vertedero fuera de la ciudad y así evitar sus efectos contaminantes.
