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24 horas de júbilo macareno

La extraordinaria procesión jubilosa de la Macarena no merecía otro final que el que tuvo.

el 01 jun 2014 / 09:32 h.

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La extraordinaria procesión jubilosa de la Macarena no merecía otro final que el que tuvo. Con las primeras luces de la mañana y las campanas de la espadaña de la Basílica repicando como en las grandes celebraciones, la Virgen de la Esperanza posaba los cuatro zancos de su paso de palio a las ocho menos cuarto de la mañana, casi 24 horas después de su salida por la Puerta de Palos en el traslado de la Catedral a la Plaza de España. Salió la Macarena un 31 de mayo, día exacto de la conmemoración de estas bodas de oro de la coronación, para recogerse al amanecer del siguiente, 1 de junio, en el que también quedó clausurado el Año Jubilar Macareno con un sencillo acto poco después de la entrada del palio. portada-macarena La Macarena en la Plaza de España. Foto: José Luis Montero Entraba la Virgen arropada por el numeroso público que la venía acompañando en los últimos metros de su recorrido. San Julián, Aniceto Sáenz, Pumarejo y especialmente San Luis fueron un hervidero de la devoción macarena, con guirnaldas, mantones, colgaduras, banderas y flores, muchos pétalos que caían sobre el techo de palio como lo habían hecho durante toda la tarde. "Bienvenida a casa vecina", rezaba una pancarta en verde antifaz macareno con letras doradas. De oro como un aniversario de la coronación que llenó a Sevilla y al barrio de Esperanza. Justo antes de llegar a la Basílica, la Virgen hacía el último saludo de su recorrido, quizás el más especial. Volvía a la que fue su casa y que, realmente, nunca ha dejado de serlo. La ojiva de la parroquia de San Gil sentía como hace décadas el roce de las perillas del palio macareno. Recuerdos del ayer que se mezclaban con las notas musicales de estreno. Sonaba 'Como tú ninguna', la marcha que David Hurtado ha compuesto para conmemorar este aniversario de la coronación de la Esperanza Macarena. Todavía quedaban sorpresas por vivir. A la salida de San Gil -donde la recibieron las tres hermandades del templo- la banda de cornetas y tambores de la Centuria Macarena interpetaba el Himno a la Esperanza Macarena. Era el regalo de unos músicos que también querían celebrar este aniversario con su madre. Minutos después, tras hacerlo un cortejo algo mermado por el cansancio, llegaba la Macarena al atrio de su Basílica. Esta vez sin cruzar el Arco que es pórtico de su barrio. La banda del Carmen de Salteras, merecedora de todo tipo de halagos por su esfuerzo tras el palio en esta jornada maratoniana, interpretaba esos clásicos macarenos que con sus primeras notas ya provocan la locura entre el gentío. Sonaban Macarena, Pasa la Virgen Macarena, Coronación de la Macarena y asi hasta un sinfín de sinfonías de esperanza que despertaban los vivas entre los vecinos del barrio que la esperaban en territorio macareno. Se sabían en casa y eso jugaba a favor de los sentimientos que salían del alma La Virgen cruzaba la reja de entrada al atrio y sus costaleros realizaban una magistral revirá de 180° para que la Esperanza mirase por última vez el rostro de los miles de macarenos que llenaban la explanada de la Basílica en este epílogo de un mayo de aniversario. Seguían los homenajes y Luis Leon, excapataz de la Virgen, era el encargado de volver a mandar al cielo a los costaleros macarenos. Otro detalle más de la casa. Con los primeros rayos del sol se ocultaba la Esperanza. En el corazón de todos quedaba la satisfacción de un día que arrancó bien temprano y que permitió ver a la Macarema cruzar el Parque de María Luisa, tomar la Plaza de España, dar una chicotá al son de un pasodoble o hacer que no cupiese ni un alfiler en una Ronda Histórica que se empequeñeció ante su presencia. Bendita locura macarena, que dirían algunos. Así fueron las 24 horas más intensas de la historia reciente de la hermandad de la Macarena. Toca mirar al 31 de mayo... de 2039.

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