El Palacio del Pumarejo, el Corral de la Encarnación y el edificio de Encarnación 5 y 6 serán rehabilitados este mandato. Se invertirán 10 millones para convertirlos en pisos sociales en los que se podrán alojar 64 familias. Se implantará en ellos un nuevo modelo de convivencia con áreas comunes y para asociaciones.
Las tres intervenciones están destinadas a alojar a personas con niveles de rentas bajos -un máximo de 1,5 veces el salario mínimo- y que han perdido sus pisos en alquiler -en algunos casos por procedimientos de acoso inmobiliario al tener contratos de alquileres de renta antigua e indefinidos- o se encuentran dentro de los colectivos catalogados como de emergencia social. Son el segmento de población que atiende Otainsa -la oficina gestionada por IU que se encarga de los inquilinos en situación de abuso-. Los diseños, que en algunos casos llevan más de un año encima de la mesa de Urbanismo sin que hayan podido ejecutarse, plantean una renovación completa de los inmuebles, adaptándolos para albergar viviendas de uno o dos dormitorios y una serie de espacios para fomentar la comunicación y la integración entre las unidades familiares. Desde una zona de lavandería común en el Palacio del Pumarejo hasta un invernadero en la Encarnación 5 y 6, pasando por unos contenedores para actividades sociales en el Corral de la Encarnación -en Pagés del Corro-.
Ésta tercera será precisamente la primera en empezar. El proyecto, que lleva años esbozado, empezará en los próximos días una vez que se resuelva la situación actual del inmueble: está ocupado por unas 10 personas sin hogar desde hace años que cuentan con un permiso extraoficial del propio Ayuntamiento -pese al riesgo que entraña un edificio que se encuentra prácticamente en ruinas-.
Otainsa busca una salida a estas personas, aunque ya se prepara para un desalojo por la fuerza para iniciar las obras. El histórico corral -decorado con una placa a Eduardo Corriente, quien los propios vecinos consideran como uno de los líderes del movimiento en defensa de estas construcciones en Triana- y la casa tapón están catalogados como Lugar de Interés Etnológico. Habrá ocho viviendas de un dormitorio y cinco de dos distribuidas en dos filas paralelas. La casa tapón albergará un contenedor den programas sociales. Del edificio actual, muy deteriorado, se conservarán los muros estructurales, incluyendo la base de la fachada. El resto se rehabilitarán. Este proyecto permitirá no sólo el realojo de personas desahuciadas sino también la vuelta de vecinos que llevan años realojados en el Corral del Cura -también en Pagés del Corro- y que regresarán a las viviendas en las que habitaban.
El segundo proyecto afecta al Palacio del Pumarejo. Urbanismo pretende hacerse a corto plazo con el 50% de la propiedad que le falta, en manos de la entidad Quo Hoteles. El edificio está considerado monumento en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Será rehabilitado -la operación costará casi 5 millones de euros- para albergar 20 pisos para personas en situación de emergencia social y 10 locales para asociaciones y para el usos comunes con servicios como lavandería.
El tercer edificio no se caracteriza por su valor patrimonial, sino por su simbolismo. En los números 5 y 6 de la Plaza de la Encarnación vivía Rosario Piudo. Su desahucio dio lugar a la creación de Otainsa y a la posterior expropiación del edificio. Se convertirá en un inmueble "bioclimático". Tendrá un nivernadero en la azotea que servirá como zona común para vecinos -sobre todo jubilados- e incluso salones y comedores comunes. La cubierta estará repleta de placas solares y un sistema de reutilización del agua de la lluvia para la climatización. "Un modelo de rehabilitación atrevido", como lo definió el gerente de Otainsa, Angel Monge que, sin embargo, como subrayó el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, "está destinado a los sectores más débiles". El alquiler se limita al 5% de los ingresos de estas personas.
