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A 138 kilómetros

Los sucesos de la hermandad cordobesa de los Dolores -después de que el inevitable y vigilante gran hermano de Internet proclamara urbi et orbe y sacara de contexto la vocación de sayón de paso del ya dimitido y vapuleado hermano mayor- no deben ser vistos con la habitual lejanía y desapego...

el 15 sep 2009 / 06:18 h.

Los sucesos de la hermandad cordobesa de los Dolores -después de que el inevitable y vigilante gran hermano de Internet proclamara urbi et orbe y sacara de contexto la vocación de sayón de paso del ya dimitido y vapuleado hermano mayor- no deben ser vistos con la habitual lejanía y desapego con los que se contempla desde la Giralda todo aquello que esté más allá de Carmona, Dos Hermanas, Castilleja de la Cuesta o Alcalá de Guadaíra. Todo está mucho más cercano, mucho más globalizado.

El poder de Sevilla como madre y maestra de cofradías trasciende sus límites provinciales y se extiende a su virtudes, pero también a sus peores y más preocupantes vicios. ¿Qué estamos haciendo cuando convertimos la mudá de un paso fantasmal cubierto de sábanas y muñecos sin rostro en acto fundamental de una cuaresma? ¿A qué nos dedicamos cuando la fidelidad a los hombres del traje negro supera a la devoción a los titulares? ¿A qué jugamos cuando convertimos elecciones en campañas? ¿Quién fue? Fuente Obejuna, Señor.

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