Eran casi las nueve de la noche del pasado viernes cuando el ex vicepresidente Ángel Martín Vega, cuya única vinculación actual con el Betis es la de administrador de la radio del club, en plena calle Jabugo -en la misma calle, en la acera del portal de las oficinas de Lopera- anunció con mucho bombo y pocos platillos (qué menos que una rueda de prensa en la sala ad hoc estilo rococó que hay en el propio edifico para tan importante noticia) el acuerdo total entre Betis Sport SL y la entidad accionista mayoritaria del Real Betis Balompié para el traspaso del paquete accionarial que controla Lopera a través de Farusa (Familia Ruiz SA). A finales de julio ya se anunció un acuerdo para la compraventa de dicho paquete, tras un primer pago, se dijo, de 10 millones de euros por parte de los señores de BSport, compraventa que debía quedar sellada ante notario ayer día 4 de octubre como muy tarde y que ahora, según el propio Martín y la nota hecha pública en la web del Betis, se aplaza "hasta finales de mes".
El visto bueno del CSD. En la web no se puntualiza de qué mes se trata, aunque Martín sí especificó en su comparecencia callejera que será "a finales de este mes" de octubre cuando todo deba quedar firmado ante notario y "elevado a escritura pública". Luego el presidente José León explicó en Villarreal que la única documentación que falta es el visto bueno del CSD, que ha de comprobar que los nuevos accionistas no poseen más del 5% de acciones en otra SAD, lo que está prohibido por ley. Hace días ese trámite burocrático, que ahora se esgrime como fundamental y va a retrasar varias semanas la operación, no lo era en absoluto para los abogados del club bético. De hecho, el Mallorca ya ha cambiado de manos y será tras el trasvase accionarial cuando se informe al CSD.
Los plazos loperianos. Así que ese "antes de final de mes" vamos a ver cuánto dura, porque si dura lo mismo que las obras de la ciudad deportiva, que hace varios años que se van a acabar "en un par de meses" el proceso se puede demorar eternamente, como se está demorando la ejecución de las obras del estadio Manuel Ruiz de Lopera, cuyo reinicio se ha anunciado también en numerosas ocasiones y llevan varios años paradas. Por no hablar de uno de los primeros proyectos anunciados por Lopera a comienzos de la década de los noventa: un club social en la ciudad deportiva para los béticos más ancianos del que nunca más se supo.
Los de BSport, radiantes. El caso es que Francisco Sánchez Quintana, Juan de Dios Donaire, Pedro Muñoz y Mariano Fernández, los cuatro miembros fundadores de Betis Sport SL, se marcharon radiantes tras la reunión con Lopera del viernes. No hicieron declaraciones, emplazaron a los periodistas a una rueda de prensa para explicar su proyecto y sus cauces de financiación -la madre del cordero- esta misma semana y se les vio hacer el signo de la victoria antes de subirse a los coches con los que abandonaron el barrio del Fontanal. BSport presentó el viernes a Lopera "garantías bancarias suficientes para la compra de las acciones", una operación que les obligará a desembolsar 70 millones de euros por el 52% del capital social del Betis que ostenta Farusa, que es de 3,7 millones de euros (611 millones de las antiguas pesetas), es decir 19 veces más de lo que costaron esas acciones el 30 de junio de 1992, cuando el Real Betis Balompié se transformó en SAD con un capital social de 1.175 millones de pesetas. Los miembros de BSport, además, deberán liberar a Lopera de los avales personales que ha puesto para realizar los fichajes de esta temporada, que superan los 30 millones de euros si finalmente se ejecuta la opción de compra sobre el argentino Monzón. Así que estamos hablando de una operación que supera los 100 millones de euros (más de 16.600 millones de las antiguas pesetas), pese a la cual Lopera seguiría vinculado al consejo de administración del club en calidad de consejero adjunto a la presidencia. ¿Alguien lo entiende?
Rufino y Castaño. El caso es que mientras en el Fontanal tenía lugar la reunión entre Lopera y BSport el Betis viajaba hacia Villarreal, con el presidente José León y el vicepresidente Rufino González al frente, sin que ambos tuvieran constancia alguna de que tal reunión se estaba produciendo. Conocieron de ella por la prensa en el hall del hotel Villarreal Palace, poco antes de cenar.
Luego, el director de comunicación del club, Iván Larriba, les entregó una copia de la nota pública colgada en la web del club, nota redactada por el propio Larriba desde su portatil en Villarreal, siguiendo el dictado de lo que le decía Ángel Martín. Rufino González posee un paquete de más de 40 millones de las antiguas pesetas en acciones, similar al de Manuel Castaño, y ambos recibieron hace meses la promesa de Lopera de que si él vendía, sus paquetes de acciones se venderían junto al mayoritario. Y todavía esperan noticias de Lopera, el mismo que tras el ascenso de Jaén en 2001 ya aseguraba tener jugosísimas ofertas para vender sus acciones, aunque entonces aseguró en público que antes que venderlas "prefiero comerme un bollo con aceitunas debajo de un puente". Los tiempos han cambiado.
