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Local

A sevillano no hay quien le gane

Es el delegado de Fiestas Mayores con más credenciales ‘locales’ que ha pasado por Plaza Nueva.

el 20 ago 2011 / 19:32 h.

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Hagan ustedes cuentas. Nazareno de ruan en la Madrugá, hermano de la Macarena y del Rocío de Sevilla, miembro de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y antiguo costalero de la Virgen de la Presentación. ¿Que quieren más? Pues les diremos que es un feriante empedernido, de los que ha disfrutado montando a caballo por el Real con su mujer a la grupa y, por supuesto, con caseta propia desde hace mucho tiempo. Al actual delegado de Fiestas Mayores (las áreas de Economía, Empleo y Turismo tienen menos cartel en esta tierra) no hay quien le gane a credenciales locales. Hombre de costumbres arraigadas -ningún 15 de agosto falta a las puertas de la Catedral-, Gregorio Serrano es un ferviente devoto de Sevilla y sus fiestas (vamos, que hasta hace poco ha sido de los de cerrar la semanita viendo al Resucitado y de saberse de memoria todo el calendario letífico sevillano). Y como de esto sabe un rato, haciendo suyo el viejo lema de Santiago Montoto de "ni fías, ni porfías, ni cuestión con cofradías", su primera declaración de intenciones a la parroquia cofrade ha sido que "en cuestiones de Semana Santa, mejor no enredar". ¡Marchando una caja de pino para la ampliación de la Carrera Oficial y para esa iniciativa progre de poner sillas bajo las setas!

Hay fotos (y pronto saldrán a la luz en un sucedáneo cofradiero de las Hormigas blancas de la tele) que atestiguan que ya de pequeño cruzaba el viejo puente de la Calzá con su capa blanca almidonada. Alumno aventajado del colegio Claret, Serrano estudió su primera carrera, la de Derecho, a la vez que dirigía la gerencia de la empresa familiar de su padre, un almacén de alimentación que abastecía a los cuarteles de Sevilla. Hasta que llegó el día en que el hijo único de la casa decidió aparcar la comodidad del trabajo familiar y dedicarse por entero a su verdadera vocación, la política.

Presidente del PP del Distrito Casco Antiguo de 2000 a 2005, su primera irrupción en las listas municipales fue en 2003. El 25 de mayo de aquel año, día de la cita electoral, Serrano se estrenaba como edil del Ayuntamiento de Sevilla a la par que nacía su segunda hija, Ángela, que en lugar de un pan le trajo un acta de concejal bajo el brazo.

Los que trabajan codo a codo con él lo califican como una persona seria, disciplinada y muy responsable en su trabajo. Que se lo digan si no al PSOE, que durante los años que ejerció en la oposición el control fiscal del Gobierno municipal los mantuvo a raya con los números. Pero al mismo tiempo Gori, como le conocen en su círculo de amigos, es un tipo ocurrente, divertido y espontáneo en sus ratos de ocio. Dotado de un gran sentido del humor, suele tener anécdotas y chistes para casi todo. De su sucesora, Rosamar Prieto-Castro, repite con gracia que "es como la Virgen del Dulce Nombre, que le cae bien a todo el mundo". ¿Es o no una comparación de lo más sevillana?

Orgulloso de vivir en el Centro de Sevilla, Gregorio es vecino, pared con pared, de la Soledad de San Buenaventura, de ahí que por cercanía a la casa Consistorial siempre haya sido un fijo en las escalinatas del Ayuntamiento para recibir a cuantas embajadas cofradieras han desfilado por allí.

Aunque su cofradía es la del Calvario, en cuestión de devociones Serrano reparte su corazón entre dos sonrisas enigmáticas. Una es la de la Macarena, hermandad en la que recaló nada más nacer como regalo de bautizo que le hizo a su padre el actual hermano mayor de la Esperanza, Manuel García. (Suele contar que una de sus Madrugás más emotivas con la túnica de ruán fue el año en que le concedieron el privilegio de portar uno de los faroles de la Cruz de Guía del Calvario. ¡Cómo disfrutó a la cola del manto de la Macarena!). Y la otra es la de la Virgen de los Reyes, cuya candorosa sonrisa preside su despacho en la plaza de San Francisco desde una foto de Arturo Candau que sus hijas le enmarcaron.

Aparte del jazz, una de sus más desconocidas pasiones, tiene por grandes hobbies la lectura y la navegación y muchas mañanas, desde esa casa en la playa cerca de Ayamonte donde pasa sus veraneos, se echa a la mar con su pequeño velero, el Reyan, bautizado así en honor de sus dos hijas, Reyes y Ángela. Escudero de Zoido en las innumerables visitas cofrades que realizó el entonces candidato durante la larga travesía de la oposición, a Serrano le toca ahora lidiar con el complejo mundo de las cofradías del que ya conoce todos los secretos de sacristía. Que su Dios de la Magdalena le coja confesado.

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