No serán como el barcelonés de La Boquería, con reconocida fama turística además de la gastronómica, pero también Sevilla capital tiene sus mercados de abastos con encanto. Eso sí, encanto relativo en algunos casos debido a un deficiente estado de conservación. Es más, tras la capital catalana y la madrileña, es la ciudad española con más emplazamiento históricos de placeros, anteriores en todo caso a 1950. 
Puestos de pescado y de frutas y hortalizas en el mercado de la céntrica calle Feria, en Sevilla capital, con siglo y medio de actividad. / GREGORIO BARRERA
Así se recoge en el Inventario de Mercados Municipales Minoristas elaborado por la sociedad pública Mercasa, un censo nacional con edificios históricos que aún conservan la actividad comercial tradicional de venta de frutas, verduras, carne y pescados, aunque no pocos se hayan adaptado a los nuevos tiempos con otros productos artesanales y negocios hosteleros diversos.
«Se han documentado 235 edificios de interés, recogiendo y presentando, para cada uno de ellos los principales datos históricos, arquitectónicos, urbanísticos, funcionales y comerciales y procediendo además, a la elaboración de un diagnóstico de dichos edificios, a partir de la información descriptiva recabada». Se trata, pues, no sólo de enumerarlos, sino también concretar las deficiencias que presentan para afrontar obras de rehabilitación.
El censo incluye 21 de la provincia de Sevilla, ubicados en Arahal, Alcalá de Guadaíra, Camas, Carmona, Coria del Río, Écija, El Viso del Alcor, Fuentes de Andalucía, Guadalcanal, Lebrija, Lora del Río, Los Palacios y Villafranca, Marchena, Osuna, Puebla del Río, Utrera y cinco de la capital hispalense: Arenal, Feria, Heliópolis, Porvenir y Triana. En conjunto, hay 41 mercados municipales en la provincia, de los que 20 fueron construidos con posterioridad al año 1950. Son «espacios cívicos y de convivencia», según señala Mercasa, empresa pública adscrita el Ministerio de Agricultura.
Sólo la provincia de Barcelona revela más plazas de abastos que la sevillana, con 34, de ellos 12 en la capital catalana, mientras que la ciudad de Madrid arroja 14, siendo Sevilla la que ocupa el tercer lugar en esta peculiar clasificación. Pero la antigüedad tiene sus cosas buenas, el encanto de realizar la compra en ubicaciones históricas, con sabor añejo, como en la calle Feria, en Triana (con sus restos del Castillo de San Jorge) o en el barrio del Arenal, pero también sus cosas malas, como instalaciones defectuosas, como en Heliópolis, aunque el Ayuntamiento de Juan Ignacio Zoido ha anunciado recientemente obras de rehabilitación.
Cada plaza de abasto tiene su propia ficha técnica, con fotografía, plano de ubicación e información sobre las instalaciones, el año de construcción, el perfil arquitectónico, los servicios disponibles, la superficie, transporte público para acceder al recinto, etcétera.
Y ahí queda el de la calle Feria, que comenzó a construirse en 1719 si bien su inauguración oficial fue en 1862 y fue remodelado parcialmente en 1982. Del arquitecto Balbino Marrón, tiene 1.523 metros construidos, 1.280 de superficie comercial de venta, con una estructura de muros de carga y vigas y cerchas metálicas y cubiertas inclinadas de teja.
Edificio del Arenal, otro de los mercados con historia. / JOSE LUIS MONTERO
Un millar de mercados en España integran cerca de 80.000 puestos de venta, con unos 280.000 puestos de trabajo directos y 3.000 indirectos. El valor de los productos comercializados se estima en 5.000 millones de euros, correspondientes a 1.825.000 toneladas de frutas y hortalizas, alrededor de 225.000 toneladas de pescado y 417.000 toneladas de carnes y derivados, según datos recogidos en el inventario.
En la última década, Mercasa ha participado en 140 estudios para la remodelación de mercados minoristas, entre ellos el de la localidad sevillana de Écija. Un intento, dice, de conjugar «tradición y modernidad». Y esta simbiosis se muestra con toda su intensidad en el de Triana, con oferta comercial, gastronómica y cultural.
