Aprovechando el estreno cinematográfico, Sega y el desarrollador Secret Level han lanzado en paralelo pero con diferente argumento la segunda entrega de este héroe de Marvel.
Una decisión un tanto rara en su origen pero argumentada por Sega en la escasa base que tenían las dos horas que ofrecía la versión del celuloide y que se han complementado con la imaginería que aporta Iron Man en los cómics.
Dos son los personajes con los que deslizarse en el juego, ambos con cualidades diferentes: Iron Man, un experto dominador en propulsores energéticos; y War Machine, amigo y aliado que tendrá un más nutrido arsenal para que ambos se enfunden el traje de héroe a fin de poder proteger y escoltar a los aliados de los múltiples ataques a los que son sometidos.
Una mayor disposición de movimientos en el micropropulsor hace que la jugabilidad en el aire sea más cómoda para el vuelo, localización de objetivos y certeza en el disparo.
En la lucha a pie de campo se ha optado por combates más sencillos en su ejecución para poder llegar a un público menos exigente en estas artes, pero con una impuesta y justa curva de dificultad.
La celeridad en el desarrollo ha destapado unos gráficos un tanto justos en lo técnico; quizá sea porque los escenarios, escenarios son, y valen solamente como un tapiz de colores para ser destruidos en el fragor de la batalla.
Las historias de los superhéroes de cómics siempre han sido bien recibidas en el mundo de los videojuegos, pero casi siempre muestran sus dos caras. La positiva es que cumplen con el cometido comercial del momento en que salen, y la negativa radica en unos desarrollos que rara vez se encuentran a la altura de tan ilustres personajes.
Un cambio climático de lo más explosivo
Capcom cambia los fríos y grises escenarios de la
primera entrega por unos nuevos y renovados entornos
El planeta EDN III tampoco se ha salvado del calentamiento global y un brusco cambio climático, casi de la noche al día, ha dado pie para que los parajes helados de la primera entrega pasen a convertirse en un escenario de nuevos y frondosos paisajes exóticos donde nuevamente piratas y Nevec, siempre con el permiso de los Askrid, luchan por conseguir sus objetivos en las seis zonas del juego donde se alternan en tercera persona, dependiendo del nivel, rebeldes y militares. Los Askrid tambien han sufrido las secuelas del cambio y han mutado hacia una especie de dinosaurio.
Elegante en la construcción del juego, Capcom ha tirado de un gran fondo de armario para la personalización del jugador. Una gran cantidad de armamento donde elegir, un garfio para trepar por los puntos más exigentes y que vale para gatear a un muy renovado surtido de Vital Suit (robots mecanizados). Unos VS polivalentes y necesarios, de los que se puede aprovechar, como de los porcinos, hasta los andares. Diferentes en su comportamiento dependiendo del hábitat en que se encuentren, están provistos de un nutrido arsenal para aburrirse disparando y avivar las más de diez horas de las que consta el juego.
Diseñado en el modo campaña para gozar solo, en pantalla partida y en cooperativo (4 jugadores), y en modo multijugador por equipos (16 jugadores).
En el modo campaña cooperativo es donde Capcom ha fijado el volumen del juego y donde más se visualizan los cambios. Con un aspecto más libertario en las decisiones y las acciones, el grupo puede evolucionar para ponerle la guinda a cada nivel de una manera diferente. Rejugable por la envidia de ver que el de al lado la tiene más grande. El arma, claro.
