El Almería está conformando una campaña muy digna. Decimoprimero a cinco puntos de la quema, frontera que ocupa el Betis. Unai Emery está sacando petróleo de un equipo limitado que suple sus defectos con grandes dosis de compromiso, precisamente lo que trata de inculcar Chaparro a sus hombres.
En la vuelta a primera del Almería 28 años después, el equipo marcha en la undécima posición, cinco puntos por encima del Betis, que ocupa la tercera plaza de descenso, y empatado con Zaragoza y Sevilla, conjuntos con mayor potencial social y deportivo cuyas miras distan mucho de ser las de este recién ascendido.
El objetivo es claro, la permanencia. La receta para conseguirla también. Los ingredientes son la garra, la firmeza y la ilusión que palian los defectos de una escuadra muy limitada en lo que a argumentos futbolísticos se refiere. Y todo ello mezclado y servido por uno de los entrenadores con más proyección del panorama nacional, Unai Emery.
El técnico vasco es el encargado de dilatar el sueño, de lograr que los rojiblancos permanezcan otro año más con los mejores. De momento van por buen camino. Sin alardes económicos en la planificación: fichajes baratos, a coste cero o en préstamo. Alterna la veteranía de hombres como López Rekarte, Juanito o Acasiete con el hambre de jugadores jóvenes: Negredo, Natalio, Vidangossy o Dos Santos.
Su juego es muy directo. Emery plantea los partidos a resultados cortos, donde la gran parte se desarrolla en la medular y el cuerpo a cuerpo resulta clave. De hecho, es el cuarto equipo de la Liga que menos goles encaja (15), y a su vez, también es el cuarto que menos anota (13).
Bien plantado siempre en el terreno de juego, aprovecha la velocidad de sus extremos: Crusat y Juanma Ortiz, que hacen mucho daño con sus diagonales a espaldas de la defensa. Y la capacidad goleadora de su estrella, Álvaro Negredo.
Los almerienses vivieron su peor momento de la temporada cuando perdieron en el campo del Levante (3-0) en la jornada 11. Cayeron a la decimosexta posición tan sólo dos puntos por encima del descenso.
A partir de aquí cuatro choques sin perder. Dos victorias ante Sevilla y Valladolid, por sendos 1-0, y dos empates ante Atlético (0-0) y Villarreal (1-1) les han llevado a alejarse de sus perseguidores. Es hora de parar en seco a un rival directo.
