El Ayuntamiento de Los Palacios , la hermandad del Gran Poder y la Plataforma por la restitución del retablo de la capilla de la Aurora sellaron la paz en un intento de calmar los ánimos tan soliviantados desde que un ciudadano denunciara hace un mes que la hermandad inquilina del templo había desmontado el retablo mayor sin permiso civil ni eclesiástico y se corrió la voz de que la estrategia oculta era, con la excusa de su mal estado, sustituirlo por otro de 1971 del Señor del Gran Poder.
El alcalde, Juan Manuel del Valle (IU), convocó la reunión para zanjar la polémica que hasta llevó a una recogida de firmas para mostrar el descontento general por la pérdida de un retablo con tres siglos de antigüedad. Aunque el hermano mayor, José Muñoz, se apresuró a explicar que el desmontaje fue por su mal estado y sólo lo sustituirían si el Arzobispado lo veía oportuno, lo cierto es que no convenció a la plataforma. La polémica creció tanto que el Arzobispado envió una comisión de patrimonio para tomar una decisión, que fue amparar a la hermandad pero, a la vez, obligarla a restituir el retablo.
Eso harán tras escenificar-lo en el Consistorio. Muñoz enseñó los planos de la capilla, que no tenía hasta ahora, y el alcalde firmó la licencia de obras que la cofradía pidió para acometer el trabajo integral del templo. Empezará por la cubierta y terminará con la restitución del retablo, como condiciona la licencia. Si la Archidiócesis hizo la vista gorda al emitir un informe del retablo tras ser desmontado, el alcalde, aunque la capilla está protegida con el máximo nivel en el PGOU, no iba a ser más papista que el papa y consideró que "ponía su grano de arena" al no cobrar tasas en la licencia de obras, cuyos gastos asumirá la hermandad. El responsable de la capilla, el cura José María Guzmán Sánchez de Alva, no fue por encontrarse "de vacaciones".
