Ya es sólo es cuestión de días pero han hecho falta décadas para que una de las vías de comunicación vitales para Sevilla vea por fin la luz. La Autovía de la Plata (A-66) ya tiene su recorrido por Andalucía completo. Se ultiman los tres tramos que faltan para ponerla en servicio a principios de marzo.
Son 67 kilómetros de un trazado que cuando esté listo supondrán 800 kilómetros de autovía entre Sevilla y Gijón a través de una moderna carretera que a día de hoy ya ha cambiado y seguirá revolucionando las conexiones con el suroeste del país.
Ésa es la principal ventaja de una infraestructura demandada históricamente por los pueblos de la comarca del Corredor de la Plata, fundamentalmente por la alta siniestralidad que registraba su antecesora, la N-630, que deja en la memoria de muchos una estela de accidentes de tráfico que la llevó a ser por todos conocida como la Ruta de la Muerte.
La seguridad vial no será el único beneficio que reportará a las provincias de Sevilla y Huelva por donde discurre la A-66, pues sus efectos ya se dejan notar en términos económicos: nuevos proyectos industriales y otros anunciados jalonan ya los tramos en servicio, al igual que futuras promociones de viviendas.
Y es que a nadie le cabe duda ya de la necesidad y oportunidad de una autovía llamada a ser el eje vertebrador del norte y sur con el oeste peninsular desde tiempos de los romanos, cuando crearon la Vía de la Plata, a la que el actual trazado debe su nombre.
Prácticamente el 80% del trazado total de la Autovía de la Plata, que atraviesa también Extremadura y Castilla-León hasta llegar a Asturias, está abierto al tráfico. Son casi 600 kilómetros de nueva construcción, mientras que unos 158 están en obras a punto de terminar y lo que resta ya está casi todo licitado.
Junto con los asturianos, que cuentan con su parte desde los años 90 del siglo pasado, son los extremeños y los andaluces los que vieron cómo la autovía pisaba el acelerador, especialmente en la última legislatura. Por Andalucía pasan 67 kilómetros divididos en siete tramos de los que los conductores ya pueden circular por 44 y restan unos 23 que están prácticamente concluidos.
Pero sin duda por lo que más impactará a los usuarios será el paso por los hitos arquitectónicos que presenta y entre los que destaca la ejecución de dos túneles paralelos que salvan la N-630 a su paso por la conocida como Cuesta de la Media Fanega, únicos en la región. Son 800 metros de longitud, excavados en el Cerro de la Venta del Alto sin tuneladora, con dos carriles en sentido Gijón y tres hacia Sevilla, para contrarrestar la pérdida de velocidad de los camiones en la subida.
Y es que la fuerte carga de vehículos pesados ha marcado sus características que se completan con una iluminación de tres intensidades adaptadas al momento del día y a la climatología, dos galerías de comunicación entre los túneles, cámaras de seguridad vial, puestos de control y señalización.
También impresionan los cuatro viaductos construidos, como el que discurre paralelo a la actual N-630, y que cruza el Rivera de Huelva, o el que salva el barranco del Descansadero y ofrece una espectacular vista del paisaje que se convierte en un aliciente más para el conductor.
