El derribo del edificio empezó el lunes.
Las Regiones Devastadas pronto no encajarán en el adjetivo que da nombre al barrio porque sus viviendas están siendo reconstruidas desde los cimientos. El plan para que estas casas de propiedad estatal reúnan las condiciones de habitabilidad está llegando a su ecuador -se prevé que la mitad de los vecinos estén realojados a finales del mes de marzo- con el derribo del número 4 de la calle Eduardo Torres.Pocos vecinos del bloque se concentraban a las 9.30 horas de ayer cuando la máquina empezaba su tarea de derribo del edificio. Los titulares de estas viviendas tuvieron que abandonar sus casas cuando, debido a las fuertes lluvias, se cayó un falso techo de una de ellas el pasado febrero.
Entonces, el departamento de Control de la Edificación de la Gerencia de Urbanismo realizó una inspección urgente que recomendó el desalojo definitivo de las 17 familias que residían en el inmueble.
Estas familias, que viven ahora en viviendas públicas de los entornos de Viapol y la avenida de Kansas City, se adhirieron al convenio marco promovido para la demolición y reconstrucción del barrio al completo y desalojaron el bloque a principio de mes.
El derribo ha corrido a cargo de Emvisesa y pertenece al proyecto promovido por el Ayuntamiento y el Ministerio de Vivienda para demoler al completo las viviendas de este barrio del distrito Cerro-Amate y reconstruir los inmuebles, para lo que cuentan con un presupuesto de 26,7 millones.
El concejal de Presidencia y Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, acompañado del delegado del distrito, Francisco Fernández, asistió a las primeras labores de demolición del edificio, donde recordó las bases del convenio global entre Urbanismo y el Ministerio de Vivienda -dueño de los inmuebles- para la renovación integral de los edificios de Regiones Devastadas.
El edil de Urbanismo defendió que esta es "una actuación de las que tiene más corazón en ciudad, en la que hemos puesto más pasión". "Hemos sabido lograr un punto de encuentro", afirmó en cuanto a los acuerdos relativos a la reubicación de los inquilinos, "que vivían en muy mala situación".
Así, aludió al trabajo del grupo de técnicos de Urbanismo que han tratado con las familias afectadas por las deficiencias y celebró que "en poco más de un mes, todos están recolocados en otras viviendas y estamos demoliendo este bloque".
"Tenemos una sensibilidad especial con los más necesitados, sobre todo en este momento complicado", afirmó Gómez de Celis, quien anunció que a finales de marzo, con la recolocación de 36 familias de la calle Paulo Osorio, más de la mitad de los inquilinos acogidos al convenio estarán realojados y las regiones dejarán de estar devastadas.
