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Adiós, Paul, aunque te quedes

Es ley de vida ir perdiendo a nuestros referentes estéticos o éticos y, en este caso, se dan ambas circunstancias. Paul Newman era un gran profesional y una persona decente. Tiene el mérito de ser un modelo en valores personales y sociales.

el 15 sep 2009 / 15:55 h.

Es ley de vida ir perdiendo a nuestros referentes estéticos o éticos y, en este caso, se dan ambas circunstancias. Paul Newman era un gran profesional y una persona decente. Tiene el mérito de ser un modelo en valores personales y sociales. Ello, pese a ser el mayor galán, o mito sexual, de la historia del celuloide.

Hoy, cuando acaba de morir como un hombre más, aquejado de una enfermedad corriente, aunque en muchos casos todavía mortal, sabemos que fue y será un superviviente del poderoso y manipulador star system hollywoodiense. Creció tanto como ser humano y como artista y eso es lo que le convirtió en la mayor de las estrellas.

A lo largo de toda su carrera fue sumando adeptos de varias generaciones y algunas de sus mejores películas las hizo cuando estaba muy lejos de ser un jovenzuelo hermoso. Actuando dio vida al método y creó un modelo propio de comunicación que despertó la sensibilidad de hombres y de mujeres con una mirada irrepetible, clásica y vanguardista, caliente y fría, masculina y femenina, dulce y salada...

Dicen que a partir de la mitad de tu vida las personas debemos prepararnos para las pérdidas importantes, familiares, amigos y en el baúl de los recuerdos las pequeñas y grandes referencias que te han hecho como eres. De ahí que haya que despedirse en condiciones. Se ha ido un hombre bueno y un gran artista.

En lo personal tuvo fortuna y desgracias; en lo profesional la admiración de la calle y la más rácana de la Academia. Fue un creador total y un empresario solidario, destinando millones de dólares a varias fundaciones humanitarias. Y, encima, nos preparó y educó para el adiós cuando eliminó el morbo al anunciar que se iba a casa a morir, que renunciaba a esperar lo irremediable en la clínica.

Paul se ha ido, aunque se queda, como dice la canción. Sus grandes creaciones y coherencia son un ejemplo que inspirará a otros artistas, hombres y mujeres famosos que decidan asumir desde su foro privilegiado distintos compromisos solidarios. Son estrellas y su reto es dar luz de verdad, como la azul a la que hoy el mundo dice hasta siempre.

Periodista. opinion@correoandalucia.es

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