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Aficionados del Betis interrumpen el entrenamiento para increpar a los futbolistas

La presión que tiene el Betis en su camino hacia el ascenso se ha convertido esta tarde en tensión. Unos veinte aficionados, descontentos con su equipo, han entrado en el campo donde estaba entrenando la plantilla para increpar a los futbolistas y pedirles otra actitud. El incidente no llegó a más.

el 18 nov 2009 / 17:05 h.

Aficionados radicales asaltan el entrenamiento del Betis (Vídeo: Giralda Digital)
La presión que tiene el Betis en su camino hacia el ascenso se convirtió ayer en tensión. Unos veinte aficionados radicales, descontentos con su equipo, entraron en el campo donde estaba entrenando la plantilla para increpar a los futbolistas al grito de "mercenarios" y pedirles otra actitud. El segundo de Antonio Tapia, Juan Merino, medió ante los asaltantes y el incidente no llegó a más, aunque el club, por si acaso, requirió la colaboración de la policía. Cuando los agentes llegaron a la ciudad deportiva, los protagonistas del suceso estaban o fuera de la instalación o viendo el entrenamiento, de manera que se limitaron a pedir algunos carnets de identidad y poco más.

Ocurrió alrededor de las cinco de la tarde, al principio del segundo entrenamiento de la jornada para Antonio Tapia y sus hombres. Una vez sobre el césped del campo B, los futbolistas contemplaron asombrados cómo entre veinte y veinticinco hinchas entraban en la ciudad deportiva y se metían como si tal cosa en el campo donde ellos estaban ejercitándose. Los aficionados, a voz en grito, llamaron "mercenarios" a los jugadores e intentaron charlar con ellos para pedirles que le echen más "cojones".

Los profesionales, como es normal, asistieron a la escena con los ojos muy abiertos. Emana, a quien fueron dirigidos más gritos que a los demás, se apartó un poco mientras otros, la mayoría canteranos, trataban de dialogar con los enfurecidos hinchas para pedirles calma. El propio Antonio Tapia y sobre todo su segundo fueron quienes más intercedieron para que el suceso no fuese a más. El episodio, de hecho, apenas duró un par de minutos.

Tras la súbita irrupción, los seguidores salieron del terreno de juego. Algunos se quedaron en la ciudad deportiva para ver el resto del entreno y otros se marcharon inmediatamente. Hubo uno que incluso lanzó una bengala, sin que alcanzase a nadie. Y mientras tanto, Tapia reunió a sus jugadores para calmar los ánimos tras un hecho desagradable que refleja la crispación que empieza a generar la titubeante marcha del equipo.
Los acontecimientos, que no son los primeros de este tipo que se viven en la ciudad deportiva, hicieron que los responsables del club solicitasen la presencia de la policía. Varias unidades se acercaron allí, pero en realidad apenas tuvieron que actuar. No hubo ningún detenido y el entrenamiento siguió desarrollándose con normalidad.

EL SUCESO DE LOS HUEVOS. La invasión de campo por parte de estos presuntos miembros del grupo Supporters Sur no es el primer suceso de este cariz que se vive en la ciudad deportiva. Este mismo año, el 11 de mayo, el centro de entrenamiento del Betis ya fue noticia porque otros seguidores se apostaron en la puerta de salida y lanzaron huevos a los coches de algunos futbolistas, como Arzu o Rivera, dos de los principales damnificados, mientras que a Edu, por poner un ejemplo, no sólo lo perdonaron sino que incluso departieron con él. También entonces acudió la policía, pero tampoco hubo detenidos. Aquello aconteció tras una sesión a puerta cerrada justo después de que el Betis perdiese en San Mamés contra el Athletic, el colofón a una pésima racha de cuatro derrotas consecutivas que colocaba al conjunto entonces dirigido por José María Nogués a tres puntos del descenso. A la vuelta de Bilbao, de hecho, ya hubo pequeños altercados cuando los jugadores llegaron al estadio para recoger sus coches. Al final de esa tensa semana, el equipo ganó al Almería por 2-0, pero fue su último triunfo de la temporada. 

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