El crecimiento económico estadounidense en el tercer trimestre del año, superior al calculado por los analistas, y la moderación en la caída registrada en España han infundido optimismo en los mercados y alentado, además, una cierta sensación de que, esta vez sí, lo peor de la crisis ya ha pasado y se inicia una tímida senda de la recuperación. Sin embargo, expertos consultados por este diario dejan muy claro que no cabe agarrarnos a un clavo ardiendo e invitan, por tanto, a la cautela, al tiempo que diferencian la tendencia de uno y otro lado del Atlántico. Allí no hay un espejismo pero aquí, advierten, podría haberlo.
Joaquín Guzmán es catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla e imparte, entre otras asignaturas, Organización Económica Internacional y Economía Mundial. "Lo de Estados Unidos no es un espejismo, está recogiendo ahora los frutos del dinero inyectado. En cambio, España aún sufre una esclerosis en los circuitos financieros y el dinero no llega ni a las empresas ni a las familias".
No obstante, Guzmán aclara que a este "factor coyuntural", el de la falta de crédito, se agrega otro estructural, el de un tejido empresarial cuya capacidad de generar empleo y riqueza, dice, es desgraciadamente muy débil, al edificarse sobre sectores tradicionales, entre ellos el turismo y la construcción.
Al hablar de las reformas que urgen en España, el catedrático sevillano apunta directamente hacia la del mercado de trabajo, aunque su corazón se debate entre la necesidad y la ética. Un despido más fácil "apoyaría" la recuperación económica pero, se pregunta, "¿hasta qué punto es justo que el trabajador cargue con las consecuencias de una crisis que él no ha creado, sino que han sido los grandes especuladores financieros".
Losas. "Las noticias de Estados Unidos son estupendas, pero España no puede esperar de fuera el arreglo de sus deficiencias estructurales internas". Quien así habla es Joaquín Aurioles, presidente del Observatorio Económico de Andalucía y profesor de Historia y Teoría Económica en la Universidad de Málaga.
Aurioles recurre a un símil al explicar los males, ya sempiternos, de nuestro país. Si tenemos que subir una cuesta con las espaldas cargadas, más trabajo nos costará que a otros estados salir de esta crisis. "Son losas demasiado pesadas".
Para el profesor malagueño, la mochila debe descargarse de todo lo que no sea imprescindible, porque, de lo contrario, "podemos caer en la cuneta". Y más que una recaída, sostiene, se trataría de una depresión. Por ello, plantea tres urgencias: una economía más equilibrada, una reforma de la legislación del mercado de trabajo, el cambio en el comportamiento de las cuentas españolas con el mundo (la balanza comercial) y otro modelo en las finanzas públicas.
Especial énfasis pone Aurioles en dos. Por un lado, asegura que el Gobierno central se ha limitado con sus políticas a adaptarse a la crisis, "y esto se ha convertido en una permanente sala de urgencias". En su opinión, los planes anticrisis deben existir -y, de hecho, si en estos momentos se retiraran, la economía "lo notaría mucho"-, pero "es una barbaridad" aumentar la carga fiscal a unos contribuyentes "cada vez más canijos", en vez de ajustarse el cinturón reduciendo el gasto público innecesario. Austeridad. Por el otro, cree que la reforma laboral "es quizás la primera necesidad de todas".
Prudencia. Nuestro tercer experto es Fernando Faces, doctor en Económicas y profesor de la escuela de negocios Instituto Internacional San Telmo , y es también el más cauto. "Sí, en Estados Unidos hay algunos síntomas que invierten la tendencia negativa, aunque no cabe pensar ya en un despegue, porque si eliminamos el impacto de los planes de estímulo, no es tan fuerte el crecimiento".
A su juicio, prudencia y a esperar un par de trimestres para sacar conclusiones, "a ver si tira por sí sola la economía sin esos planes y cuando la Rerserva Federal deje de aportar liquidez a empresas y bancos". En España, agrega, "la cosa es más grave, ya que el crédito no ha vuelto al circuito de la economía real y sigue subiendo el desempleo y cayendo el consumo".
"En nuestro país aún no se ha tocado fondo y tampoco hemos visto lo peor. Por tanto, no puedo ser tan optimista. Seguimos, además, perdiendo el tiempo ya que no se acometen las reformas necesarias". En este contexto, Juan Iranzo, director general del Instituto de Estudios Económicos , sentencia: "La política aplicada en estos momentos no es la más adecuada para impulsar la recuperación".
Se suma Francisco Villalba, el consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía -la sociedad de estudios de Unicaja-, a la opinión de Guzmán, Faces y Aurioles de que la economía no se recuperará hasta el segundo semestre de 2010. La del empleo podría tardar incluso más.
