ras bastantes años de espera, por fin se acabó la ley seca en la Plaza de España. A lo largo de esta semana que entra Emasesa, la empresa metropolitana de aguas, procederá a llenar la ría que tanto tiempo lleva seca, paso previo a lo que esperan “muchos nostálgicos”, tal y como apunta el propio delegado de Urbanismo, Manuel Rey: el regreso de las barcas, que se producirá el próximo mes de octubre.
De esto último hubo noticia ayer, y es que se han presentado cinco ofertas que aspiran a explotar el servicio de barcas. La adjudicación (por diez años) se conocerá en septiembre, y el negocio no se basará sólo en la navegación, sino que la empresa encargada podrá poner un quiosco en la avenida de Isabel la Católica en el que se venderán los tickets y los recuerdos oficiales de la Plaza de España y el parque de María Luisa.
En total serán 21 barcas las que surquen la ría a partir de octubre, una a motor y 20 con remos. Éstas, en colores verde y blanco y rojo y blanco, se inspiran en las que estuvieron más tiempo en servicio en la Plaza de España, primero de madera y después de fibra de vidrio.
Precisamente, la calidad de las barcas será uno de los criterios que se tenga en cuenta a la hora de adjudicar el servicio. Otro de ellos será puramente económico: un canon anual de 33.400 euros, que cada empresa puede aumentar en su oferta. Lo importante de esta partida es que con ella se pagará la vigilancia no sólo de las barcas, sino de las puertas de acceso a la avenida de Isabel la Católica, lo que significa que se externaliza un servicio del que no se encargará la Delegación de Parques y Jardines.
Es decir, que este guarda será el encargado de abrir y cerrar las nuevas cancelas ubicadas a la altura de las torres de la Plaza de España, unas puertas que antes estaban en el muro que separaba este recinto del parque de María Luisa y que se derribó hace unos meses. El horario, por cierto, será de 10 a 22 horas en verano y hasta las 20 horas en invierno.
De esta manera se recuperará una actividad muy popular en la ciudad, que se remonta a los tiempos de la propia Expo de 1929, cuando se levantó el conjunto monumental. Inicialmente por el canal navegaban embarcaciones muy parecidas a las góndolas venecianas, pero Urbanismo desestimó recuperar las barcas de este tipo porque obligarían a llevar el consiguiente gondolero, lo cual no resulta muy funcional.
Las 21 barcas –la misma cifra que históricamente ha tenido el negocio– recorrerán una ría que tiene 500 metros de longitud, repartidos en dos tramos rectos de 90 metros y un arco de 320. El canal tiene 14 metros de ancho y no llega al 1,20 de profundidad.
El delegado de Urbanismo, Manuel Rey, es un entusiasta declarado del proyecto de restauración de la Plaza de España, en el que viene trabajando desde hace años. En su momento ya anunció que “no vamos a inaugurar la plaza si no hay barcas”, y es que entiende que “son muchos los sevillanos que siguen recordando estas barcas que daban vida a la ría”. Desde octubre, en fin, “este enclave recuperará una de sus estampas más famosas”.
Eso sí, para ello tiene que llegar el agua. Esta semana que viene Emasesa procederá a un llenado de prueba, ya que el definitivo se hará en septiembre. Las obras han consistido en la construcción de una estación de tratamiento, que reutilizará el agua y finalmente la destinará a labores de riego en el parque de María Luisa. La nueva instalación cuenta con un sistema de suministro de aire al agua del estanque, para prevenir la anoxia (falta de oxígeno) tanto por las altas temperaturas del verano como por el gasto excesivo por la presencia de plantas y animales.
