El pesquero Siempre Virgen de Regla fue trasladado ayer al varadero de Barbate, a cargo de los hermanos Rivera, donde se le repararán sus problemas de estabilidad. Es el requisito para que este barco, con licencia para pescar en Marruecos, vuelva a faenar después de que fuera inmovilizado por Capitanía Marítima debido a los defectos detectados en una inspección.
Según el sector pesquero, los controles se han incrementado tras el naufragio del Nuevo Pepita Aurora, que realizaba el mismo recorrido que esta embarcación. Las familias de las víctimas lamentan que este seguimiento tan riguroso no se realizara antes de que se produjera la tragedia el pasado año.
La relación de causas del accidente presentada por la Marina Mercante descartó fallos estructurales en este barco, aunque el patrón, José Vega, que fue llamado a declarar como imputado en septiembre, restó validez a este informe. El estudio asegura que se cuadriplicaba el peso de las redes y que las falucheras (salideros de agua) estaban tapadas.
El armador del Siempre Virgen de Regla, Manuel Rendón, recuerda que su embarcación ha navegado los últimos ocho años con problemas de estabilidad y pide responsabilidades al diseñador y a Fomento. "Cuando se detectan estos errores hay que decirle a la ministra que no se puede culpar a los que se mueren ni a los patrones que llevan los barcos. Nosotros no queremos ahogar a nadie, lo que queremos es trabajar en condiciones óptimas".
Las labores para subsanar las deficiencias detectadas en el pesquero se prolongarán un mes. Desde principios de septiembre, cuando se le denegó el permiso de navegación, sus 19 tripulantes están en el paro.
