Fernando Alonso (Renault) apuesta por lograr un gran resultado en el Gran Premio de Mónaco, prueba que ha ganado las dos últimas ediciones y que se disputa este fin de semana en las calles del Principado, donde el asturiano tratará de inmiscuirse en el pulso que mantienen Ferrari y McLaren.
Mónaco es un gran premio diferente, en el puede ocurrir de todo: cambiar de líder cinco veces en las dos últimas vueltas, como ocurrió en 1982 cuando ganó el italiano Riccardo Patrese al comenzar a llover, o ganar al salirse el rival en la última curva como en 1970, cuando logró el triunfo el austríaco Jochen Rindt y el sorprendido director de carrera no bajó la bandera ajedrezada.
Los partes meteorológicos anuncian lluvia todo el fin de semana, sobre todo el domingo de la carrera. Habrá que ver en qué grado se cumplen, y ese factor puede ser decisivo para que Fernando Alonso logre un tercer triunfo consecutivo.
El R28 ha mejorado mucho desde España, pero aún está lejos de los Ferrari, que no gana desde 2001 con Michael Schumacher, de los McLaren-Mercedes, que ganaron el pasado año con Alonso, y de los BMW, pero el coche del asturiano no es la mejor arma para competir con sus rivales, aunque en un circuito tan peculiar como Mónaco las diferencias entre las escuderías se acortan.
A las peculiaridades del circuito hay que añadir el que no tolera el más mínimo error, que se paga con un toque contra los raíles de protección y este año, sin control de tracción, y con la casi seguridad de la lluvia, los golpes y las eliminaciones pueden ser muy numerosas.
El finlandés Kimi Raikkonen, actual campeón del mundo y líder del Mundial, ya ha advertido a su equipo, Ferrari, de que el pasado año el coche no se adaptó bien al tortuoso trazado de Mónaco.
McLaren-Mercedes, que el pasado año logró el doblete con Alonso y Lewis Hamilton, debería ser favorito de nuevo este año. BMW, con el polaco Robert Kubica y el alemán Nick Heidfeld, puede aspirar a lograr su primera victoria, aunque el pasado año sólo fueron quinto y sexto.
Fernando Alonso sabe que en condiciones normales sólo puede aspirar a entrar en los puntos y aprovecharse de los fallos ajenos para subir puestos, pero en Mónaco y con lluvia por qué no soñar con la victoria.
