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Amigo lamenta la falta de caridad para salir de la crisis

El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ofició ayer por la mañana ante el Santísimo de la Catedral la misa de la festividad del Corpus Christi, mientras los primeros cirios de cera roja salían por la Puerta de San Miguel para iniciar el recorrido de la procesión eucarística.

el 16 sep 2009 / 04:08 h.

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El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ofició ayer por la mañana ante el Santísimo de la Catedral la misa de la festividad del Corpus Christi, mientras los primeros cirios de cera roja salían por la Puerta de San Miguel para iniciar el recorrido de la procesión eucarística. En su homilía, y en presencia de su arzobispo coadjutor, Juan José Asenjo, y de Jacques Perrier, obispo de Tarbes-Lourdes -que estuvo conociendo cómo se vive la fiesta del Corpus en nuestra ciudad-, Amigo predicó sobre la necesidad de fomentar la caridad y lamentó la dejadez para ayudar al prójimo en estos tiempos de crisis, lo que está creando nuevas situaciones de pobreza para muchas personas. "La indiferencia perezosa y la falta de caridad son una verdadera carcoma de los proyectos solidarios que se emprendan para salvar las dificultades de una situación tan grave de crisis económica como en la que nos encontramos. La caridad no se contenta con hablar de necesidad y de crisis, sino que pone en marcha los proyectos más adecuados y eficaces para conseguir que las personas en mayor indigencia y exclusión puedan vivir con dignidad", aseguró el cardenal.

Amigo puso de ejemplo como testimonio de caridad a la religiosa Santa Ángela de Cruz, cuya imagen encabezó el desfile de los pasos. "Ahora, debemos comprender que el sacramento de la Eucaristía que tenemos sobre el altar debe de salir a la calle. Por eso hemos querido que la procesión se iniciara con la imagen querida de Santa Ángela de la Cruz, porque ella representa para nosotros el más encendido amor a la Eucaristía y el abrazo más fuerte y más sincero". Y es que el cardenal de Sevilla alentó a los fieles con su carta recordando la labor caritativa de la Santa, desde el corazón, con buenas intenciones y responsabilidad. "La rectitud de conciencia ha de referirse a la finalidad última de aquellas ayudas que se realizan en favor del pobre, lejos de cualquier forma de altruismo petulante, de la autosuficiencia del poderoso. Se trata de ayudar a la persona por sí misma y por la presencia de Cristo que hay en ella, pues no se quiere obtener ninguna otra recompensa personal, egoísta, autocomplaciente sino la de contribuir al levantamiento de aquel que ha caído en la indigencia", señaló.

El máximo representante de la Iglesia en Sevilla apuntó que una de las instituciones que siguen esa labor es Cáritas, cuya memoria del año pasado refleja cómo ha puesto en marcha programas e iniciativas en materia de empleo con las que ya se han creado 12.000 puestos de trabajo. Amigo concluyó con un mensaje optimista: "Aunque las heridas pueden ser muchas, tienen curación si nos ponemos manos a la obra, con la ayuda de Dios y la responsabilidad de todos".

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