Lo nunca visto. La inflación española se situó en febrero pasado en el 0,7% y la andaluza fue aún más reducida, el 0,4%. ¿Deflación? El Gobierno sigue negándolo, la patronal ve un argumento para no subir los sueldos más allá del 1% y los sindicatos advierten de que si no es así, el consumo no se reactivará.
Castilla-La Mancha ha sido la primera comunidad española en registrar una tasa negativa de inflación interanual -es decir, que sus precios son más bajos que hace un año- y la de Andalucía va por el mismo camino, pues se colocó en febrero pasado en el 0,4%, y sólo aquélla y las regiones de Castilla y León y Galicia (ambas, 0,3%) tienen un IPC inferior.
Lo que en principio es positivo para los hogares y la competitividad exterior de las empresas, a la larga podría acarrear problemas si la economía cae en la deflación, que es un periodo prolongado de recesión más un retroceso generalizado de precios. Y esto es algo que reconoce el propio consejero andaluz de Economía, José Antonio Griñán.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer el dato oficial de inflación española -que coincide con el que adelantó hace dos semanas-, un 0,7% en febrero, tras permanecer invariable respecto a enero y arrojar un recorte del 1,2% en los dos primeros meses de 2009. La tasa, la más reducida desde que el INE inaugurara sus estadísticas, allá por 1969. Y para Andalucía, tampoco constan niveles inferiores al 0,4%, y el que más se le aproxima es el 0,9% de mayo de 1997.
Las rebajas en el comercio y la moderación de los alimentos -ver gráfico anexo- fueron esenciales en la caída de la inflación durante febrero, pues el vestido y el calzado se abarataron un 1,4% y la cesta del comer, un 0,5% -de los 22 alimentos y bebidas no alcohólicas que se computan, sólo cinco aumentaron precios, con especial incidencia en la carne de ovino, el pescado, el aceite y el azúcar-.
No obstante, en el último año lo que realmente ha arrastrado al IPC ha sido el transporte, aunque con un significativo matiz: mientras que el personal (esto es, la gasolina del coche) se abarataba un 6,30%, se disparaba el billete del transporte público urbano e interurbano, en concreto el 9,5% y el 7,3%, respectivamente.
Por el lado de los aumentos, los gastos vinculados a la vivienda (alquiler, calefacción, luz, etc.) son los que más se encarecieron entre febrero de 2008 y el mismo mes del ejercicio en curso, seguidos de las bebidas alcohólicas y el tabaco y la enseñanza.
Si se excluye la energía y la alimentación, cuyos precios son los más volátiles, la llamada inflación subyacente también marcó en febrero la barrera más baja de toda su historia, el 1,6%. Y precisamente a este indicador se agarró ayer el secretario de Estado de Economía, David Vegara, para negar que España vaya a entrar en deflación, si bien admitió que habrá datos negativos de inflación a lo largo de 2009, tal y como también prevén las cajas (a través de Funcas) y las Cámaras de Comercio.
Vegara precisó que si el nivel subyacente está aún por encima del 1%, contradice, a su juicio, "una espiral deflacionista". Eso sí, el abaratamiento del crudo seguirá teniendo incidencia en el indicador en los próximos meses.
En el capítulo de reacciones, la patronal española CEOE vio en el descenso del IPC -el séptimo consecutivo- un argumento más que justifica su petición de que las empresas no negocien subidas salariales por encima del 1%. En la réplica, los sindicatos reclamaron un porcentaje mayor no sólo para asegurar el poder adquisitivo de los trabajadores, sino para que el consumo se recupere y, con él, la actividad económica.
Volviendo a Andalucía, Almería fue la única provincia de esta comunidad que registró una tasa de inflación interanual negativa (-0,2%). En el caso de la sevillana, los precios descendieron una décima en febrero en su evolución mensual y un punto en lo que va de 2009, siendo del 0,6% el índice acumulado en doce meses, más que el promedio regional, inferior al estatal.
