Las buenas ideas, los proyectos más avanzados o los diseños innovadores no alcanzan tan buenos resultados si no se protegen. La protección garantiza una explotación competitiva y rentable, una posibilidad de mejorar esa idea y, sobre todo, indica el grado de innovación y desarrollo de un país. En Andalucía, conscientes de la importancia que tiene proteger los proyectos, la Agencia de Innovación y Desarrollo (IDEA) de la Consejería de Innovación, a través del Centro de Información Tecnológica y Propiedad Industrial (Citpia), ha guiado, asesorado y apoyado a numerosos empresarios, investigadores y otros organismos en el proceso de protección de sus proyectos, ideas, productos o servicios.
El resultado ha sido que Andalucía, rompiendo con la tendencia nacional a la baja provocada por la crisis, es la única comunidad española (junto con Madrid) con un crecimiento en solicitud de patentes, la forma de proteger los resultados de la investigación más destacada.
Grado de innovación. En 2009, se solicitaron 444 patentes en la región, lo que supone un crecimiento de un 2,7% interanual. "Desde hace años la tendencia va en un progresivo ascenso", explica Cristina Amate, coordinadora del Citpia (centro colaborador de la Oficina Española de Patentes y Marcas). Para ella, estos datos son un indicativo "del grado de innovación tecnológica de la región y de la apuesta, cada vez más firme, que las administraciones y organismos hacen por la competitividad de las firmas de la comunidad".
Andalucía logra así mantenerse como la tercera región del país en registro de patentes y recortar distancias con las dos primeras comunidades del país, donde, en total, se solicitaron 3.695. En cuanto a las patentes ya concedidas (algo que sólo puede hacer la Oficina Española de Patentes y Marcas ), a lo largo de 2009 se otorgaron en Andalucía 214, una cifra que también supone un incremento respecto al año anterior del 7% y superior al 50% desde 2005. De éstas, más de un 34% corresponden a patentes concedidas a las universidades andaluzas a las que se les aprobó 73. No es de extrañar, puesto que las patentes son la forma de protección más habitual y segura para los resultados de las investigaciones.
Más protecciones. A pesar de ello, no es la única forma de protección industrial. El registro de marcas o nombres comerciales, el diseño industrial o los modelos de utilidad forman un colchón para todos aquellos que quieran salvaguardar sus ideas, productos o servicios. El pasado 2009, hubo más de 6.400 registros de este tipo en toda la región.Incentivo a la excelencia. Para Cristina Amate es lógico y necesario que estos datos vayan creciendo cada año.
Cada título de propiedad industrial que concede el Estado "conlleva numerosas ventajas para el empresario y para todo el país", asegura. En primer lugar, da exclusividad a los titulares en la explotación de lo registrado durante un periodo de tiempo (que varía en función de si se trata de una patente, de una marca, etcétera).
"En ese tiempo se puede recuperar la inversión en investigación realizada", confirma Amate. Y no sólo eso. "Los titulares han de redactar el proyecto de manera tan minuciosa que, cuando pasa el tiempo de exclusividad, puede servir de modelo a otros empresarios o investigadores para que mejoren el producto. Es un incentivo para el avance tecnológico de un país".
