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Andalucía y la varita mágica

¿Qué se puede hacer contra una crisis global a escala local? La Junta ha intentado dar respuesta esta semana a dicha pregunta con más de lo mismo, esto es, acciones relacionadas fundamentalmente con la construcción y el urbanismo...

el 15 sep 2009 / 10:28 h.

¿Qué se puede hacer contra una crisis global a escala local? La Junta ha intentado dar respuesta esta semana a dicha pregunta con más de lo mismo, esto es, acciones relacionadas fundamentalmente con la construcción y el urbanismo. Pero resulta que la caída en desgracia de nuestros hayares tiene mucho que ver con dichos yacimientos de empleo y de dinero.

No sólo se trata del euríbor y las hipotecas: obreros de la construcción que ganaron durante años sueldos millonarios ahora se contentan con el paro y lo que sacan de las chapuzas de la economía sumergida. Y, para colmo, la falta de ingresos por el ladrillo puede provocar que los ayuntamientos adelgacen sus nóminas, algo insólito en nuestra joven democracia: la transferencia de mayores competencias a la administración local puede aliviar esos negros augurios, pero no va a resolver las causas profundas del bache municipal.

También suenan a parches las ayudas financieras a las empresas, sobre todo cuando la mala gestión de algunas de ellas puede blanquearse por cosa de la crisis y hacerse limpiamente con el máximo de diez millones de euros que la Consejería de Innovación pretende otorgar a las pymes al borde de la quiebra.

Bueno, vale que esto sea así, pero, ¿qué otras soluciones caben cuando las reglas del mercado, a escala comunitaria, impiden la intervención directa del Estado en dicho sector? ¿No damos ayudas y las empresas se hunden irremediablemente, sea cual sea la causa de su fiasco? De hecho, la Junta va a tener difícil otorgar tales subvenciones que pueden alterar las reglas de la competencia, por más que dicho plan de salvamento tenga que obedecer a directrices y fondos de la UE que garantice la viabilidad y compatibilidad de las compañías afectadas.

Es cierto que el gobierno autonómico, en un claro esfuerzo de concertación social, ha sido pionero al intentar curar con aspirinas el cáncer de nuestros bolsillos, pero el diagnóstico sigue siendo chungo aunque esos comprimidos oficiales quizá hayan influido en frenar la espiral de desempleo. Andalucía ha podido capear la crisis del sector naval con la aeronáutica pero seguimos a dos velas en I+D+I y en inversiones de futuro en sectores estratégicos. ¿Contribuirán a reducir ese déficit los 1.600 millones de euros de inversión inducida en 2.700 proyectos, pregonados por Manuel Chaves? La oposición no lo cree y muchos economistas tampoco. Pero sería mucho peor no mover un dedo. Así que quién tenga una varita mágica para resolver la actual coyuntura no debería perder tiempo en patentarla. Es lógico que, tal y como andan las cosas, los feligreses perdamos la fe. Pero como diría San Manuel Bueno Martir, habrá que seguir yendo a misa a ver si la recobramos.

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