Deportes

Ángel Marín o el sueño de un inconformista por naturaleza

Es el único sevillano del Puerto Malagueño, el intratable líder del torneo. Nació en Casariche y militó en las canteras de Sevilla y Betis.

el 19 oct 2013 / 22:11 h.

IMG-20131017-WA0013 Ángel Marín posa junto al escudo del Puerto Malagueño. Su tono de voz firme y su innata elocuencia descubren a un chico con ADN de luchador. Ángel Marín del Pozo (Casariche, 29-5-1995) es uno de los responsables del idílico inicio rubricado por el Puerto Malagueño, el intratable líder de la División de Honor Juvenil y emblema de la Málaga currante y soñadora. Su historia es la de un zagal inquieto, madrero y travieso que desde pequeño apuntaba maneras. Cofrade y devoto del Cristo de la Expiración, el de los obreros, Marín emigró a la cantera del Sevilla FC con apenas 13 años. En su primera etapa en la Carretera de Utrera firmó 100 goles a las órdenes de Luis Acevedo, aunque en cadetes abandonó la entidad de Nervión para enrolarse en el Real Betis. Fue en aquellas tardes de frío y lluvia cuando, en la soledad de la carretera, soñó con un futuro mejor del que le proponía la vida en el seno de una familia humilde. Su hermano, Juan Francisco, prefirió estudiar y él, con alma de luchador, optó por emigrar a Málaga para cursar un Grado Medio de Educación Física y enrolarse en la disciplina del conjunto de Ciudad Jardín. “Los días en los que estoy bajo de ánimos pienso en mis padres, Mari Carmen y Ángel, y tiro hacia arriba”, admite sin vacilar y con la sinceridad propia de la juventud. Javier Ortiz, Kempes, el técnico del Puerto Malagueño, ha sido el responsable de que en las filas del Puerto haya brillado con luz propia. “Me está enseñando muchísimo. Él me está inculcando a diario que en la vida hay que adelantarse a los problemas, no buscar soluciones para cuando salgan a la luz”, reflexiona. Con 18 años y mil historias en el macuto, Marín anhela triunfar en el fútbol. “Me encantaría dedicarme de manera profesional a ello”, opina con naturalidad antes de explicar sus sentimientos como una de las piezas fundamentales de la auténtica revelación de la categoría. “En el barrio la gente está contentísima, pero nosotros lo tenemos clarísimo y sabemos que el único objetivo real es la salvación”, manifiesta. Hoy cumplirá un nuevo ritual. Será ante el Sevilla FC, uno de sus ex, y ante su gente, la de un barrio obrero en el que el mayor éxito es abandonar las listas de las oficinas del antiguo INEM. “Yo no lo he tenido fácil desde pequeño. Me saqué la ESO viviendo con mis tíos en Alhaurín y desde entonces todo ha ido rápido”, dice con cierta nostalgia de su Casariche natal, allí donde aún le recuerdan.

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