La gran actriz madrileña Ángela Molina afirma que sólo le interesan las películas que nacen de un sueño o de una necesidad. Molina ha sido homenajeada en el Festival Internacional de Cine de Gijón, que ayer se clausuró, donde recibió el Premio Nacional de Cinematografía Nacho Martínez, convocado en honor del actor asturiano fallecido.
"He aprendido y sigo aprendiendo de mi oficio y, sobre todo, he aprendido a saber perder porque en el cine hay muchos proyectos que se quedan en el camino. Y estas cosas del oficio te curten y te hacen madurar", valora.
"A la hora de elegir proyectos -detalla- he huido de lo comercial siempre que he podido. Sólo me han interesado verdaderamente las cintas que nacen de un sueño o de una necesidad".
A juicio de Ángela Molina, "el cine abre camino con el hombre y el hombre abre camino con el cine desde que éste existe. Por ello, el cine forma parte de nuestra vida y es necesario que lo cuidemos y mimemos".
Con respecto a sus proyectos, cita la teleserie Gran reserva, cuyo estreno está previsto para comienzos de 2010, y largometrajes como Carne de neón, la nueva comedia del joven director Paco Cabezas.
Cuando echa la vista atrás, recuerda algunas de sus colaboraciones más célebres, como la que la unió, con poco más de 20 años, con el célebre maestro Luis Buñuel.
Otra importante, pero más reciente, es la que le llevó a participar en Los abrazos rotos, de Almodóvar, de quien destaca su importancia en la escena mundial. "Fuera de España, Pedro es España", afirma rotunda.
