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Año nuevo, vida nueva

Fertiberia dejará de verter fosfoyesos en Huelva a partir del viernes para cumplir con el mandato del juez y tras un largo litigio.

el 26 dic 2010 / 20:34 h.

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Toma mediciones de radioactividad en la marisma del Río Tinto, junto a las balsas de Fosfoyesos de Fertiberia.

La empresa Fertiberia dejará de verter el próximo viernes, último día del año, residuos de fosfoyesos a las balsas situadas a las afueras de la capital onubense, considerado el mayor vertedero de este tipo en Europa, con una extensión de más de 1.200 hectáreas.

La empresa, propiedad del Grupo Villar Mir y líder de la industria española de fertilizantes, tendrá así que cumplir el auto de la Audiencia Nacional, con fecha 17 de febrero de 2010, que rechazaba el recurso de súplica interpuesto por la empresa química contra otro auto de diciembre de 2009 en el que se decidía la ejecución de la sentencia que confirmaba la caducidad de la concesión a la citada empresa.

Terminan así décadas de reivindicaciones de la sociedad onubense para que termine el vertido de residuos a cien metros del casco urbano.Esta semana, el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, se ha limitado a decir sobre el inminente fin de los vertidos que la empresa "está haciendo los deberes".

El fosfoyeso es un subproducto blanco de yeso procedente de la producción industrial de ácido fosfórico, con contenidos variables de fases verdosas de fosfato de hierro y residuos puntuales de fosfatos de cobre, que se caracterizan por un color azul intenso.

En Huelva, junto a las Marismas de Mendaña, los vertidos han suscitado una gran polémica por sus supuestos efectos en la salud de sus habitantes y en el medio natural, aunque en eso no ha habido unanimidad a lo largos de los años.

Algunos estudios independientes han señalado que el nivel de radiación de estos residuos es veintidós veces superior al límite, y se recomienda trasladarlos a un cementerio nuclear.

Sin embargo, un proyecto de investigación de cuatro años realizado conjuntamente por las universidades de Sevilla y de Huelva bajo la supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) indicó que el posible impacto radiológico causado por los apilamientos de fosfoyeso en los trabajadores y la ciudadanía en general se sitúa claramente por debajo de los límites fijados en la normativa vigente.

A pesar de ello, terminar con los vertidos a las balsas de las afueras de Huelva, a la vez que salvaguardar los puestos de trabajo de Fertiberia, es una preocupación que la sociedad onubense lleva arrastrando muchos años. En septiembre de 1997, la empresa de gestión medioambiental propiedad de la Junta de Andalucía, Egmasa, y el Ayuntamiento de Huelva firmaron un acuerdo de rehabilitación y recuperación de las balsas números 6, 7, 8 y 9 de las Marismas de Mendaña, por el cual los residuos inertes de la planta de Egmasa en Palos de la Frontera (Huelva) serían utilizados como material de relleno en la rehabilitación de dichas balsas.

Por su parte, un total de 415 sugerencias han presentado los vecinos de Huelva para reutilizar las 1.200 hectáreas de terreno que actualmente ocupan las balsas, mediante una iniciativa de la Mesa de la Ría, organización que busca recuperar para la ciudad los terrenos que ocupan las empresas químicas de la ciudad.

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