Tres partidos sin perder, dos victorias seguidas, equipo récord en la Liga de Campeones... El ambiente en el Sevilla parece que mejora con los resultados justo antes del partido en la congelada Valladolid (-6 grados). La consigna está clara, que no se hiele la racha de la última semana.
El viento ya no le da en la cara a este Sevilla, ha virado su dirección y ahora le ayuda a avanzar con ritmo firme. Siempre viene bien eso de cambiar de aires, darse una vueltecita por el extranjero, ganar un partido de Liga de Campeones y volver con el rostro irradiando felicidad por los elogios recibidos en el continente. Eso, unido a aquel empate de Pamplona, aquel punto (de partida), y a la victoria la semana pasada ante el Murcia han llenado de optimismo a un equipo y a una afición que han hecho en los últimos años del positivismo su estado de ánimo.
Curiosamente, ha coincidido este leve repunte del Sevilla con la recuperación de algunos de sus futbolistas. La entrada de Maresca, por ejemplo, ha ofrecido variantes al juego del equipo inexistentes hasta su regreso. La continudad de Luis Fabiano y las recuperaciones 'milagrosas' de Kanouté, que pasa de estar casi cojo un lunes a hacer goles un miércoles o un domingo, también han sido fundamentales, sobre todo porque tener a la mejor pareja de delanteros de Europa y a buen seguro del mundo es una garantía. Y uno más que se sube al carro. Escudé. Dos meses ha estado el francés fuera del equipo. Se fue a una convocatoria de su selección en el puente de la Hispanidad y vuelve tras el de la Constitución. Su regreso (está en la convocatoria y puede que en el once) ofrece a Manolo Jiménez una solución más en el abanico de la defensa. Tanto es así que ya se permite hasta rotar centrales. Lo hizo con Fazio en la Liga de Campeones y para Valladolid le da descanso a Mosquera.
Porque poco a poco parece que el entrenador de Arahal le va cogiendo el gusto a esto de las rotaciones. De hecho, salvo sorpresa esta tarde en Pucela dispondrá un centro del campo bastante fresco con Keita y Poulsen, que no gastaron ni una gota de sudor en Praga (el primero estaba sancionado y el segundo no jugó por decisión técnica), con Navas, que no se cansa nunca, y con Duda, que tuvo minutos pero que no acumuló tantos como Diego Capel. Arriba, como ya ha quedado reseñado, la mejor noticia es, al margen del espectacular momento de O Fabuloso Luis Fabiano (18 goles con el Sevilla), la recuperación de Kanouté.
Una ristra de noticias positivas que, en fin, deben proporcionar al Sevilla una continuidad en los resultados que le permita afrontar 2008 mirando hacia arriba, muy arriba. Para ello es imprescindible hacer pleno antes de los polvorones, las uvas y lo que se precie. Del Nido le ha pedido a Jiménez un seis de seis. Veremos si el técnico cumple los deseos de su presidente.
La semana del frío
Al Sevilla le van las bajas temperaturas. Es un clásico en Rusia, donde ha viajado hasta cuatro veces en los últimos años; ha salido vencedor dos veces de Bucarest; arrolló al Slavia el miércoles en Praga. Allá por donde haya unos bajo cero allá que el Sevilla sale triunfante. Habrá que comprobar si esta tónica también se cumple de los Pirineos hacia abajo, en concreto en Castilla y León (unos -6 grados de mínima en Valladolid). Porque tras la visita a la República Checa se va a encontrar el conjunto nervionense un partido complicado en el estadio del frío por antonomasia en España, el Nuevo Zorrilla.
Tendrá que calentar motores el equipo de Jiménez para acabar con unos números negativos en Pucela. En los últimos 20 años, dos triunfos.
El conjunto albivioleta, por su parte, cuenta con la ausencia, principalmente, de García Calvo, indiscutible en la defensa.
