Para los conservacionistas, este episodio de contaminación pone en entredicho nuevamente el mensaje que se está enviando por parte de los responsables de la Consejería de Medio Ambiente, la Agencia Andaluza del Agua y el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra de que el río ya está recuperado. "La realidad demuestra lo contrario", insistieron los ecologistas en un comunicado, como hacen cada vez que pueden demostrar con imágenes cómo los vertidos procedentes de la industria del aderezo de la aceituna manchan la cuenca.
Por ello, Ecologistas en Acción criticó "el incumplimiento que acumula el Programa Coordinado de Recuperación y Mejora del río Guadaíra, que alcanza ya los ocho años". Igualmente, precisó que la comisión creada para el seguimiento de dicho programa "contabiliza ya tres años y casi cinco meses sin convocarse". Para esta organización, lo que está ocurriendo con este río es, irónicamente, "todo un ejemplo de talante democrático y de participación de la sociedad civil".
Esta situación se da cuando el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra y la Junta de Andalucía trabajan en la consecución del Plan Turístico Riberas del Guadaíra, en el que se trata no sólo de dotar a la ciudad de equipamientos, sino de recuperar este espacio en todo su esplendor. El proyecto partió de un convenio por el que se invierten tres millones de euros con horizonte en el próximo mes de junio para su finalización. Incluye intervenciones en equipamientos que bordean la ribera, como mejoras en los accesos de la fortaleza, la creación del centro de interpretación de la misma y la conversión de la antigua harinera en un museo del pan, industria a la que tradicionalmente estuvo vinculado el municipio como fuente de riqueza.