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Aquellos novatos de la democracia

El Ayuntamiento está preparando el censo de votantes para las próximas elecciones europeas, en las que ya participarán los nacidos en 1991. Si a estos jóvenes se les habla de un pueblo donde los plenos municipales más importantes se hacían en la plaza por falta de espacio y de un Ayuntamiento que aprobó un presupuesto de 356.547 euros probablemente no pensarían que se trata de Dos Hermanas.

el 16 sep 2009 / 01:31 h.

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El Ayuntamiento está preparando el censo de votantes para las próximas elecciones europeas, en las que ya participarán los nacidos en 1991. Si a estos jóvenes se les habla de un pueblo donde los plenos municipales más importantes se hacían en la plaza por falta de espacio y de un Ayuntamiento que aprobó un presupuesto de 356.547 euros (el de este año ha sido de más de 130 millones) probablemente no pensarían que se trata de Dos Hermanas. Pero así eran las cosas hace 30 años, cuando salieron elegidos los primeros concejales democráticos, y precisamente hoy, 19 de abril, se cumple el aniversario de la constitución de aquella primera corporación.

Tres décadas después, reunidos por este periódico para recordar aquellos tiempos, mantienen el consenso que caracterizó a aquella Corporación. Siguen con las lógicas diferencias ideológicas que tenían los cinco partidos que sacaron ediles, pero piensan que lo que se hizo en aquella época sentó las bases para que aquel pueblo sea hoy lo la gran ciudad que es.

De aquel enorme trabajo se encargaron 21 concejales (hoy son 27), entre los que había nueve del Partido Comunista (PC) y siete del PSOE (formaron gobierno juntos), además de dos de UCD y del Partido Socialista Andaluz (PSA) y uno de la Agrupación Democrática Independiente (ADI). Para ponerse de acuerdo, todos destacan el papel "fundamental" que jugó el primer alcalde democrático, Manuel Benítez Rufo (PC), ya fallecido, que "tuvo la virtud, dada su experiencia, de saber canalizar la ruptura democrática que se produjo en los pueblos y no en el Estado. Él realmente abrió las puertas del Ayuntamiento a la gente, y consiguió que el pacto de izquierdas durara toda la legislatura", recuerda Antonio Rincón (PC), mientras sus compañeros asienten con la cabeza.

Juan Varela destaca que aquellos cuatro años a su partido (UCD) le tocó una tenencia de alcaldía, con lo que "estando en la oposición formé parte de ese guiso de gobierno que se estaba haciendo. Estaba en todas las comisiones y hoy hay que pedir permiso", y recuerda que los debates se prolongaban hasta altas horas de la madrugada. Carlos Benítez (PC) matiza que "había necesidades que saltaban mucho a la vista, por eso estábamos de acuerdo en muchas cosas".

Consenso, ilusión y ganas de trabajar fueron las claves de una Corporación de escasa profesionalidad al estar formada por políticos novatos. Tanto es así que José López Guisado (PSOE) recuerda que entonces, siendo responsable de Fiestas Mayores, era él mismo quien tenía que echar el albero para la plaza de toros móvil que se pone cada feria. Otro concejal, José Navarro, que asumió el área de personal, recuerda que los que recogían la basura decían que no daba tiempo en ocho horas a recogerla toda, por lo que fue con su coche particular persiguiendo a los camiones para ver si era verdad.

Guisado recuerda que el pacto de izquierdas en realidad lo hicieron Jaime Fernández (PSOE) y Carlos Benítez (PC), "los demás éramos soldaditos, y seguimos igual ahora", explica Guisado tanto de él como de su "compadre" de partido Francisco Morales Zurita, los dos únicos que han permanecido como concejales durante las ocho legislaturas. Siguen al pie del cañón y lo que queda, porque Zurita dice sin reparos que "mientras el partido quiera seguiré trabajando por el pueblo".

Por alusiones, Jaime Fernández, que organizó el PSOE de Dos Hermanas, entra en el debate: "El Ayuntamiento entonces estaba pegado al pueblo, había participación del pueblo. Luego he visto más lejanía. Aquella Corporación era reivindicativa y las posteriores fueron de realizaciones", argumenta, y recibe rápido la réplica de Zurita: "Hombre lo que pasa es que entonces la gente con que le arreglaras una calle o que les recibieras ya estaban satisfechos, con que dijeras que ibas a hacer un módulo para un colegio ya estaban contentos. La cercanía creo que es hoy la misma, seguimos estando con los vecinos, pero creo hoy es más difícil ser concejal que antes".

Hace 30 años Dos Hermanas era un pueblo, y la primera mujer de la corporación, Cristina Villalba, tuvo algunos problemas precisamente por eso, por ser mujer. "En las elecciones, mi marido [Jaime Fernández] era el candidato socialista, y a veces él se tenía que quedar y yo me iba con los niños. Los que tenían que llevarme se sentían incómodos por el qué dirán de los pueblos, no querían que les vieran llevándome en coche o cosas así. Yo venía de Sevilla, y todo eso me resultaba muy raro", recuerda.

La peculiaridad de los pueblos es que todo el mundo te conoce, incluidos los falangistas, y con la democracia la gente de izquierdas ya se había salido del armario. Estos ediles, al recordar el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, cuentan lo que hizo cada uno: José Pichaco (PC), por ejemplo, vivía al lado de la discoteca Barrabás, donde se reunían militantes de la fascista Fuerza Nueva, que corriendo hicieron su lista. "A los primeros que se iban a cepillar eran a Benítez Rufo y a mí", dice Luis Monje, segundo en la lista del PC en 1979.

Por su parte, López Guisado dice con una media sonrisa que se fue con "Jaime [Fernández], que era el que tenía una pistola en la maleta", a lo que interrumpe Zurita: "¿Pero tu pistola era de verdad?". Y Jaime asiente con la cabeza. Todos recuerdan cosas de aquel día, pero Carlos Benítez no quiere contar más de la cuenta y zanja el tema: "Esa es otra historia más larga".

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