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Arenas pide anular la publicidad electoral y menos favores a políticos

El líder del PP aparca al caso ERE en sus ataques a la Junta y centra su discurso en 66 propuestas de su partido e ignora las del presidente.

el 29 jun 2011 / 17:32 h.

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El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, es aplaudido por su grupo tras su intervención hoy en el debate de la comunidad.
El presidente del PP-A, Javier Arenas, dejó aparcado ayer la que ha sido la piedra de toque de la oposición en los últimos seis meses: las denuncias al Gobierno por el escándalo del fraude de los ERE. Fue un viraje en su estrategia, quizá porque todo el mundo -incluido Griñán- esperaba lo contrario. Arenas describió el Gobierno andaluz como "una galaxia de escándalos" y atacó "la credibilidad nula del paquete de medidas" del presidente. Pero en el grueso de su intervención, el líder popular arreció a Griñán con una batería de propuestas (66), algunas viejas conocidas de esta Cámara (elecciones separadas, limitación de mandatos del presidente a ocho años...), algunas de corte social, irreconciliables con la política del Gobierno, y otras coincidentes con las que presentó ayer el presidente.

 

Arenas y Griñán consintieron en buscar acercamientos en educación y en la política agraria. Pero más concretamente sólo coincidieron en tres ideas, las que parecen haber puesto de moda los indignados del 15-M: reducir el número de firmas que se exige a los ciudadanos para presentar una iniciativa en el Parlamento, regular la presencia de los ciudadanos en la Cámara y la limitación por ley del gasto público.

Donde más encendido estuvo el líder del PP fue en el bloque de propuestas para recortar privilegios políticos en pro de la austeridad y en la defensa de la transparencia. "La fiesta se ha acabado. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", señaló.

Arenas ofreció a Griñán y a Diego Valderas (líder de IU) un acuerdo para que los partidos "renuncien a la publicidad exterior" para que la campaña electoral de las autonómicas en 2012 "se hagan sólo a través de debates en los medios y del mailing individual a la gente". Por este camino, apoyó el "pensionazo" -referencia a la supresión de la pensión a los expresidentes que anunció Griñán- y pidió también eliminar las cesantías que cobran los parlamentarios, reducir a diez las consejerías, eliminar la mitad de altos cargos, delegados provinciales y personal de confianza.

En cambio ninguneó todas las propuestas de Griñán en materia educativa, social y de empleo, y cargó contra la medida para que sean los funcionarios quienes asuman la responsabilidad de las agencias públicas. "No puede ser a la vez el pirómano y el bombero de la función pública", le dijo.

No fue un duelo de propuestas, porque ambos están acostumbrados a ignorar lo que el otro pone sobre la mesa. "Usted no me puede pedir que me sume a su propaganda", decía Arenas. "Usted me da un índice sin contenido ni capítulos", decía Griñán. Pero fue un enfrentamiento templado, lejos de la crispación habitual. A Arenas pareció sentarle especialmente mal el gesto del presidente al dejar su declaración de la renta conjunta con la de su esposa ante la presidenta de la Cámara. "Mi mujer está ahí siguiendo el debate. Me ha dicho que si quiere su declaración, que se la pida y se la dará", dijo. "No se ponga a la defensiva. Si estamos de acuerdo en esto, busquemos el consenso", añadió Griñán.

Al finalizar, y como ya hizo el año pasado, Arenas bajó de la tribuna y dejó sus propuestas en la mesa de Griñán. El jefe del Ejecutivo admitió que coinciden en muchos objetivos, pero que la diferencia entre su Gobierno y el principal partido de la oposición es el cómo lograrlos. Puso de ejemplo la educación, a la que Arenas se refirió varias veces para remarcar la elevada tasa de fracaso escolar. "Si echase al 20% de alumnos que van mal en la escuela andaluza, el nivel subiría de inmediato. Pero nuestro sistema es el más equitativo de Europa y no voy a hacerlo", dijo.


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