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Arenas pide unidad al partido para que Zoido afronte la renovación

Los populares de Málaga advierten de que “el modelo de Arenas sin Arenas no funcionará” y reclaman una “fórmula diferente”.

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El presidente del PP-A, Javier Arenas, señala a Juan Ignacio Zoido como su sustituto para que pilote el partido hasta el congreso regional de julio. / Eduardo abad (eFE)

"Hace falta una nueva etapa". Javier Arenas presidió ayer su última junta directiva en el PP andaluz y luego dejó el partido que ha pilotado durante 19 años en manos del alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Seguirá siendo presidente de facto, aunque Zoido ostentará las atribuciones políticas del cargo hasta el congreso, en el que formalmente será elegido nuevo presidente del PP-A.

Arenas volvió a situarse ayer "en un segundo plano" de la política donde ni siquiera sus rivales son capaces de imaginarle. Menos después de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijera el sábado que le necesita el PP y le necesita él personalmente. El dirigente andaluz sostiene que ésas eran "palabras desde el corazón", y aseguró que no ha hablado de su futuro ni con Rajoy ni con Cospedal, y que ahora no se ve como ministro en el Ejecutivo ni prevé escalar posiciones orgánicas en Madrid.

La junta directiva regional se reunió ayer para aprobar la convocatoria del XIII congreso del PP-A, que tendrá carácter extraordinario y estará presidido por Ricardo Tarno, líder del PP de Sevilla. El cónclave será los próximos 13, 14 y 15 de julio. Fuentes del partido confirmaron que finalmente se celebrará en Granada, después de que Sevilla quedase descartada en el mismo momento en el que Arenas señaló a Zoido como su sustituto.

El PP-A volvió a hacer gala de la unidad y del discurso uniforme que le caracteriza. Lo hizo para cerrar capítulo, no para abrir una nueva página del partido. Los populares arroparon al que ha sido su presidente durante dos décadas. Arenas ha sido el pegamento que hace del PP un partido compacto y con pocas aristas, sin sectores críticos reseñables. Los enfrentamientos territoriales, que los ha habido, "nunca se han visualizado en un congreso regional", recordó un dirigente. Ése es uno de los legados indiscutibles que Arenas deja al PP-A, por eso lo subrayó en su despedida, en un discurso entre el alegato y la advertencia: "Os pido que preservemos la cohesión y unidad del partido como oro en paño", dijo tras ensalzar "los valores políticos y la humanidad" de Zoido y reclamar la misma adhesión a su sustituto que ha disfrutado él.

Los presidentes provinciales del PP y alcaldes de las capitales respondieron en pie con un largo aplauso. Pero al terminar el acto, el PP de Málaga se desmarcó para demostrar que tiene mucho que decir en la futura renovación del partido. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, pidió la palabra durante la sesión a puerta cerrada, pero no le dio tiempo a hablar. Decidió decir "lo que tenía que decir" ante un grupo de periodistas: primero proponer que Arenas sea nombrado "presidente de honor del PP-A, como un gesto de reconocimiente", y segundo, plantear que "es necesario cambiar el modelo de partido y apostar por una estructura diferente". El presidente del PP de Málaga, Elías, Bendodo, fue más explícito: "El modelo de éxito de Arenas no es posible sin Arenas".

Bendodo será el responsable de la ponencia de "estrategia política" en el congreso. Junto a los presidentes de Córdoba, Granada y Jaén, es el encargado de fijar "los retos de la formación para los próximos años". Ayer esgrimió el peso que su agrupación tendrá en el congreso -al que aportará el doble de compromisarios que Sevilla (278)- y se alzó como portavoz de "una alternativa" a la fórmula actual de partido.

Municipalismo de Zoido. En las últimas dos décadas, el PP-A ha sido un partido muy jerárquico, presidencialista y personalista, y todos esos apelativos empezaban y terminaban en Javier Arenas. Zoido no inspira la misma adhesión en las provincias, y nadie imagina que el alcalde de Sevilla pueda reproducir el mismo esquema de partido.

Zoido habló ayer, por primera vez, como presidente in pectore del PP-A, pero no dio pistas de cómo ni hacia dónde quiere pilotar a su formación. Brindó un reconocimiento desmedido a Arenas y luego hizo extensible a todo el territorio andaluz esa visión municipalista que le ha llevado hasta la Alcaldía de Sevilla. "El PP-A tiene que ser un andaluz más. Debemos ser la suma de los problemas y soluciones de cada municipio, calle a calle, pueblo a pueblo, barrio a barrio", dijo.

De la Torre respaldó esta vez a Zoido como presidente del PP y admitió que el alcalde de Sevilla debe "tener las manos libres" para formar su equipo, sobre todo en la elección del secretario general, "al que tendrá que delegar mucho trabajo". Uno de los nombres que sonó para sustituir a Antonio Sanz fue el de Juan Manuel Moreno, número dos de Ana Mato en el Ministerio de Sanidad. Moreno se autodescartó ayer argumentando que el cargo de secretario de Estado de Asuntos Sociales le exige "dedicación absoluta". "Ni me lo han pedido ni contemplo dejar el Gobierno tras cinco meses", aseguró. El también coordinador de Política Autonómica del PP reconoce que "Zoido debe tener manos libres para elegir a su número dos", y que en este sentido "es difícil" pensar en alguien de Andalucía oriental (como pide el PP de Málaga), pero advierte de que también "debe buscar el equilibrio territorial en la nueva ejecutiva del partido".

A puerta cerrada sólo hubo dos intervenciones, la de Celia Villalobos y la del alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, que auguró "un camino difícil y largo" en la renovación del PP. Los ministros andaluces, Cristóbal Montoro (Hacienda) y Fátima Báñez (Empleo), estuvieron presentes en la junta directiva.

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