Deportes

Armada prolonga la agonía de un Alcalá que respira a impulsos

Agonía. El Alcalá ha retado al destino en su lucha por eludir el dramático descenso a Tercera. Ante el Écija, líder, el once alcoreño apeló a la capacidad de sacrificio para lograr un punto, a priori insuficiente para engrosar su debilitado casillero de puntos. (Foto: G. Barrera)

el 15 sep 2009 / 03:52 h.

Agonía. El Alcalá ha retado al destino en su lucha por eludir el dramático descenso a Tercera. Ante el Écija, líder, el once alcoreño apeló a la capacidad de sacrificio para lograr un punto, a priori insuficiente para engrosar su debilitado casillero de puntos. El choque nació dinámico. Eléctrico y sin un dominador definido.

El técnico local, Carlos Ríos, dispuso un 4-4-2 sobre el césped del Francisco Bono. El ex de la Balompédica Linense sacrificó a Uceda en la punta de ataque y entregó la responsabilidad en la creación a Cañas, excelso y constante. Y en las filas visitantes, José María Nogués, consciente de la trascendencia del pleito, agilizó las transiciones ofensivas con las permutas de Nolito y Pepe Díaz.

Martín, un auténtico incordio para el ex del Sanluqueño, originó un nuevo mapa. David Hernández inquietó a Thorices cuando ambos equipos apenas habían presentado sus credenciales. Requena, veloz en las internadas, surtió de constantes balones al puertorrealeño. El Alcalá atacaba con intermitencia a través de la vía natural, Andrés Armada. El carpeño, marcado por Solano, fue derribado claramente por el de San Fernando en una fase de intenso dominio visitante.

Los amarillos pudieron lograr el 0-1 en una acción de Pepe Díaz. El mediapunta cordobés superó en velocidad a Osuna y mandó un disparo cruzado que Thorices, soberbio, desvió a saque de esquina. La creatividad del bloque amarillo, apagada con el ímpetu alcalareño, había originado un choque dinámico. Repleto de alternativas.

Tras el descanso, José María Nogués suplió a David Hernández por Luna. El veterano ariete revolucionó el encuentro. Inteligente e insistente, el jerezano perforó una vía de peligro hacia la meta de Thorices ante la que el Alcalá apenas supo oponer piezas de resistencia. Cañas, cansado, dirigía a impulsos y los atacantes, sin opciones ante la solidez de Jano y Solano, no inquietaban.

Dominaba el Écija con la quietud y la claridad inherentes al máximo aspirante al ascenso cuando Andrés Armada dinamitó el encuentro. El artillero blanco recibió un pase en profundidad y, ante la pésima salida de Ariza, desvió con la punta de la bota el esférico. El cuero, lento y parsimonioso, besó la red mientras explotaba la grada.

El gol revolucionó las pulsaciones del Écija, con pólvora en ataque. La réplica de los de San Pablo fue efectiva. Luna realizó un sensacional cambio de orientación, Requena amortiguó con el pecho y Pepe Díaz, de tiro cruzado, batió a Thorices. De tiralíneas. El gol noqueó al Alcalá, que reaccionó en los instantes finales gracias a su orgullo. Con rabia, aunque sin argumentos suficientes para ganar. La salvación directa, eterno sueño, ahora se divisa a un punto. Un reto.

  • 1