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Arrancan los Juegos Olímpicos de Pekín 2008

Los Juegos Olímpicos de Pekín, primeros de la historia de China, han dado comienzo hoy en el Estadio Nacional, más conocido como "Nido de Pájaros", a ritmo de tambores de luz y con una espectacular ceremonia dirigida por el cineasta chino Zhang Yimou. El impresionante y majestuoso estadio Olímpico de Pekín se ha presentado en la ceremonia como un nuevo emblema de China ante el mundo. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 09:32 h.

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Los Juegos Olímpicos de Pekín, primeros de la historia de China, han dado comienzo hoy en el Estadio Nacional, más conocido como "Nido de Pájaros", a ritmo de tambores de luz y con una espectacular ceremonia dirigida por el cineasta chino Zhang Yimou.

Tras siete años de preparativos enturbiados por protestas contra el régimen comunista, llamamientos al boicot y temor al terrorismo, la fiesta olímpica comenzó a las 8 horas de la noche del día de mayor suerte para la cultura china (día ocho del mes ocho de 2008).

Entre los asistentes a la ceremonia se encuentran jefes de Estado, Gobierno y miembros de familias reales de cerca de un centenar de países, entre ellos el presidente estadounidense George W.Bush, su homólogo francés Nicolas Sarkozy, el primer ministro ruso Vladímir Putin y los Príncipes de Asturias, entre otros.

Las 204 banderas de los mismos comités olímpicos participantes en los Juegos de la XXIX Olimpiada brillaban con luz propia en el espectacular Estadio Nacional de Pekín, el Nido como ya se le conoce en el mundo entero.

Con precisión casi suiza para no desairar a los dioses chinos ni a los del Olimpo, comenzó una ceremonia que se prevé como una de las más espectaculares de la historia, que tendrá más de 60.000 figurantes y que verán en directo en el Nido unos 91.000 espectadores y alrededor de 4.000 millones de televidentes en todo el orbe terrestre.

España ocupará el puesto 74 en el desfile de la ceremonia (el que le corresponde según el alfabeto mandarín). Comienzan los XXIX Juegos Olímpicos.

El Nido, nuevo emblema de China ante el mundo . El impresionante y majestuoso estadio Olímpico de Pekín, conocido como "El Nido", se ha presentado en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos 2008 como un nuevo emblema de China ante el mundo. La Gran Muralla tiene, a partir de hoy, una dura competencia de 6.700 toneladas acero.

Sin embargo, la llegada al recinto no fue nada fácil, para algunos tortuosa. Las medias de seguridad fueron hoy especialmente duras. A los periodistas se les hizo un riguroso control de seguridad nada más salir del Centro Internacional de Prensa.

El salvoconducto de la acreditación no era suficiente para inspirar confianza. Esos controles implicaron, por ejemplo, requisar los encendedores de los informadores. Algunos, incluso tuvieron que abrir un paquete de chicles para dejar claro que no se trataba de ningún "arma letal".

La cosa iba en serio. A un kilómetro de "El Nido" se habían situado varias lanzaderas de misiles. Desde las ocho de la mañana había ya calles cerradas en Pekín, pocos taxis y muy pocos coches. Sólo autobuses. La dirección, muy previsible ya que hoy en Pekín sólo se circulaba camino del gran acontecimiento.

El recorrido, al menos, era espectacular, pues antes de llegar al estadio se pasaba por buena parte del Parque Olímpico, entre otras instalaciones; la que va a acoger las competiciones de natación. Es el famoso "Cubo de Agua", el mayor estadio jamás construido en el mundo expresamente para este deporte. Su capacidad es de 17.000 espectadores, pero su inmensidad apenas se divisaba, ya que la nebulosa que casi siempre cubre Pekín lo impide y eso, a pesar de su cercanía al lugar de trabajo de los periodistas,

Muchas fabricas no abrieron hoy sus puertas en la capital de China, ya que los trabajadores no podían desplazarse y desde las cinco de la tarde permaneció cerrado el espacio aéreo, en el que sólo un par de helicópteros sobrevolaban "vigilantes".

Desde cuatro horas antes, los más de veinte arcos de seguridad del estadio presentaban colas de centenares de metros para el público. Así, la paciencia tenía que unirse a la entrada para acceder a un recinto deportivo, que puede acoger hasta 91.000 espectadores.

La instalación parece un milagro. El hombre y el acero han hecho un obra maravillosa, sin embargo, hay factores que se escapan al control del ser humano. Así, la temperatura y la humedad que había hoy en Pekín convirtieron al estadio en un sauna gigantesca. Los periodistas tenían que secar sus portátiles porque las gotas de sudor caían sobre la teclas como la lluvia que hoy se anunciaba en la capital de China y que, al final, no hizo acto de presencia.

La música popular china saludaba la entrada al recinto de periodistas y espectadores, mientras cientos de artistas se movían en el centro del estadio dibujando círculos espectaculares. Los "teloneros" habían trabajado sus movimientos con la misma disciplina e ilusión que los actores principales.

Con la máxima puntualidad comenzó la ceremonia bajo el signo del 8, el número de la suerte en China, y seguida en directo por cerca de 100.000 personas en todo el mundo.

El himno y la entrada de la bandera china era el punto de partida de la primera parte de la ceremonia, pero antes, en vivo, la gente sólo tenía ojos para contemplar la majestuosa estructura del estadio. Un estadio imposible de hacer en ninguna otra parte.

El final era un espectacular castillo de fuegos artificiales. Una fiesta visual y auditiva maravillosa en el país donde se inventaron, pero el primer espectáculo era "de acero". El estadio Olímpico de Pekín no necesita aditamento alguno para ser admirado.

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