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Asemesa se compromete a bajar al mínimo el impacto ambiental

Las aceituneras se dan un plazo de tres años con respaldo de la Junta.

el 02 mar 2011 / 21:37 h.

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Los consejeros de Medio Ambiente, Agricultura y Economía, Jiménez, el presidente de la CEA y el director general de Agro Sevilla.

La industria envasadora de aceituna de mesa, sector en el que Sevilla ejerce un liderazgo mundial, se comprometió en el día de ayer ante tres consejerías de la Junta de Andalucía -las de Medio Ambiente, Agricultura y Economía- a recortar al máximo el impacto de su actividad (vertidos, residuos y consumos de agua) sobre el entorno natural en el plazo de tres años, los mismos de vigencia del convenio de colaboración que firmaron con tal objetivo.

Los garbanzos negros, los que vierten sin permiso las aguas industriales -salmuera, sosa, etcétera- en ríos como el degradado Guadaíra, perjudican la imagen de toda la industria, un daño del que Carlos Jiménez, presidente de Asemesa (asociación que aglutina a la mayoría de las aceituneras), dijo ser consciente, pero dejó claro que aquéllos "no son sector". Éste, precisó, lo conforman casi medio millar de empresas que llevan "muchos años" con "fuertes" inversiones contra los problemas medioambientales.

En la búsqueda de soluciones definitivas no se parte de cero, ya que, explicó Jiménez, la industria ha pasado de utilizar 35 litros de agua a menos de dos por kilo de aceituna, los efluentes líquidos se usan para regar cultivos y hay diversas alternativas para otros residuos (por ejemplo, la biomasa). Sin embargo, las tecnologías empleadas han sido dispersas, cada empresa ha aplicado la suya, y en algunos casos, según reconoció el empresario nazareno, se ha vendido "humo" respecto a métodos capaces de conseguir un vertido cero. ¿Imposible?

Jiménez señaló que ese objetivo es "a largo plazo", y ha de considerarse como aguas industriales cuyo retorno al medio sea permitido por la legislación y que la naturaleza las asimile. Mientras, el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, matizó que el vertido cero es un ideal al que acercarse, el mínimo impacto que cabe conseguir, señaló, a través de la innovación.

Hasta ahora, las aceituneras se habían centrado en las balsas de evaporación y depuradoras (con diversas tecnologías, todas "costosas", según los industriales) para eliminar los efluentes y en la reutilización como biomasa de los residuos (por ejemplo, los huesos). El convenio de colaboración pretende combinar los mejores métodos y aplicar nuevas investigaciones del Ifapa (instituto adscrito a la Consejería) para aunar las alternativas tecnológicas y de gestión más eficientes.

Un plan director, del que participa activamente Fernando Reyero, empresario y presidente de la patronal española de compañías de medio ambiente, será el que, en el plazo de un mes, establezca cuáles pueden ser las mejores opciones y, a partir de ahí, la Junta de Andalucía marcará las ayudas públicas que recibirán las aceituneras para que las adopten. Todas las empresas, apuntó Carlos Jiménez, están implicadas con este convenio -en el acto estaban directivos de las mayores firmas del sector, como Ángel Camacho, Agro Sevilla, Interoliva o Acyco-.

Habrá financiación pública "a demanda" de las empresas, pero en el ánimo de ahorrar costes las infraestructuras, como las depuradoras, pueden ser compartidas.

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