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Así es el Betis que se planea en Heliópolis

La apuesta será por el producto nacional, los fichajes necesitarán el visto bueno del técnico y se prevén siete u ocho bajas como mínimo.

el 05 abr 2011 / 20:11 h.

Rafael Gordillo posa con los cuatro miembros que incorporó a la dirección deportiva.
Al Betis le falta un dato fundamental e imprescindible para perfilar del todo su planificación para la próxima temporada: la categoría donde jugará. Las líneas maestras del proyecto, sin embargo, están bastante definidas en la dirección deportiva que comanda Vlada Stosic, aunque la incertidumbre sobre si el Betis estará en Primera o en Segunda impide centrarse en objetivos concretos, léase jugadores con nombres y apellidos. Lo que tiene claro el club es que dinero habrá más bien poquito, eso huelga decirlo porque lo saben hasta los prebenjamines, y que cualquier pretensión debe ser aprobada por los administradores concursales.

Con un panorama tan restringido, la idea clave del Betis es apostar por el producto nacional. En otras palabras, jugadores españoles. Si hubiera que hacer una cuantificación, la dirección deportiva estaría pensando en que el 80% de los fichajes pertenezcan a ese mercado, sin contar los chavales que ofrezca la cantera, otro de los ejes argumentales del proyecto marcado por Rafael Gordillo y José Antonio Bosch. En el Betis también están muy atentos a los filiales de Barça y Villarreal, por supuesto.

Los refuerzos provenientes del extranjero serían dos o tres, no más. Si hallar buenos productos en España ya es complicado y caro, cómo no será la cosa más allá de las fronteras. Lo normal es que no llegue ningún futbolista de gran renombre porque el Betis ahora mismo no está en condiciones de competir ni pujar con otros clubes. Los técnicos lo tienen claro y de hecho ya descartan de antemano las grandes ligas porque cualquier futbolista medio digno de los principales campeonatos está fuera de precio en Heliópolis. Por eso las labores de espionaje se centran en otras ligas, como la francesa, la portuguesa o la griega, sin olvidar la zona balcánica, muy conocida por Stosic, serbio de nacimiento.

A todo esto, el objetivo de la dirección deportiva es que todos los fichajes cuenten con un consenso total. Y no sólo por parte de los administradores concursales, cuyo visto bueno es imprescindible, sino por parte del propio entrenador. Si el técnico, sea quien sea, no aprueba un refuerzo, será difícil que el club vaya a por él. Es una manera de repartir responsabilidades, obviamente.

El Betis, a todo esto, calcula que necesitará unos siete u ocho fichajes, sobre todo si asciende a Primera. La cifra deriva del número de bajas que habrá. El club de La Palmera, en principio, no cuenta con ninguno de los jugadores que se marcharon cedidos en verano e invierno (Nelson, Juande y Rodri) y a la inversa da por hecho que tampoco continuarán aquí los que llegaron a préstamo, como Roversio (Osasuna) o Miguel Lopes (Oporto). A ellos hay que sumarles a Odonkor, que acaba contrato; posiblemente a Belenguer, que en diciembre cumplirá 39 años, y a Arzu y Fernando Vega, cuyos casos serán resueltos por los administradores.

Podría pensarse que por algunos de estos hombres, sobre todo Nelson y Arzu si al final se van, ingresará el Betis dinero suficiente para reinvertirlo en buenos fichajes. También aparece aquí el sempiterno nombre de Emana. Pero claro, ganar dinero con las ventas no equivale a gastar dinero en las compras. Los administradores serán quienes decidan a dónde va cada euro y hay muchos otros agujeros que tapar.

En cuanto a Mel, también ve con claridad sus prioridades si se queda y el Betis juega en Primera: dos centrales, uno o dos mediocampistas y un delantero. Ahí deberá centrar el club sus inversiones más potentes.

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