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Así es un día normal en Arrayán

Más de 150 personas componen el equipo de Arrayán, la serie más longeva de la televisión andaluza, que de domingo a jueves mantiene la mirada atenta de más de un millón y medio de seguidores. Así es un día normal en el rodaje de la ficción.

el 14 sep 2009 / 23:15 h.

Más de 150 personas componen el equipo de Arrayán, la serie más longeva de la televisión andaluza, que de domingo a jueves mantiene la mirada atenta de más de un millón y medio de seguidores. Así es un día normal en el rodaje de la popular ficción.

Son las cinco y media de la mañana y despertador no perdona. Raquel Infante (Sole) se pone en pie medio zombie y se da una ducha para intentar sin remedio engañar al sueño. El coche de la productora es puntual. Son las seis de la mañana y el timbre anuncia que el conductor está abajo esperando. No ha descansado muy bien porque tiene unas décimas de fiebre. "Cuando alguien del equipo pilla la gripe nos echamos a temblar porque está visto y comprobado que luego vamos cayendo todos los demás como moscas".

Por suerte, la gripe no le va a venir del todo mal para grabar las secuencias hoy, ya que su personaje está destruida, inmersa en una batalla legal por quedarse con un niño con muchos problemas. "Estoy que no puedo con mi cuerpo y encima hoy tengo que grabar unas secuencias con Miguel de Miguel en la que nos besamos apasionadamente. Menos mal que hay confianza y las vergüenzas están más que superadas", asegura la actriz malagueña.

Como ella, el resto de actores (Rocío Madrid, Miguel de Miguel, Álvaro Gallego, Rocío Peláez...) coinciden en peluquería y maquillaje. Es el único rato que tienen para compartir impresiones y charlar, dentro de lo que cabe, relajadamente. Entre toque de brocha y pasada de secador, sacan tiempo para tomarse un café y algún bollo de leche.

Mientras, dos equipos independientes ultiman los detalles para empezar la grabación. Por un lado, el de plató trabaja en una secuencia que se desarrollará en la casa del personaje interpretado por Raquel Infante. Mientras, el de exteriores lo hará en la casa de Rocío Peláez. "Aunque somos el equipo de exteriores, hoy vamos a grabar también en plató para ir adelantando, además el tiempo no está muy católico y no estamos muy seguros de que no vaya a llover", desvela uno de los realizadores de exteriores.

Una vez los actores están en su sitio, el realizador da orden de hacer una lectura rápida de guión marcando las posiciones para que los iluminadores, cámaras y el equipo de sonido sepan como va a desarrollarse la secuencia. Todos los movimientos de los actores están medidos al milímetro y rara vez hay lugar para la improvisación. Cada secuencia hay que repetirla entre tres y cuatro veces.

Una vez terminada la secuencia, los actores vuelven a peluquería para cambiar de situación y los técnicos cambian las localizaciones. Cada día pueden grabar entre ocho y diez secuencias.

"Lo peor de todo es que las secuencias que grabamos pertenecen a distintos capítulos, ya que no se graba cronológicamente. Esto hace que tengamos que hacer un esfuerzo en recordar como estaba yo en la secuencia anterior de este capítulo que grabe hace dos días, por ejemplo", asegura Rocío Madrid, la última adquisición de la serie.

Entre las tres y las tres y media, se acaba la jornada y el equipo se retira a comer en compañía. Mañana será otro día.

El hijo de Alba se llama en realidad Carmen.

Carmen Lubna tiene tres años y lleva desde que nació metida en un plató de tele. Su primo también es actor desde muy pequeño y ya había trabajado con Lince TV. Fue así como la productora ficho a Carmen para interpretar al hijo de Alba. "No es fácil conseguir a un niño pequeño que sea tranquilo y con el que se pueda trabajar sin problemas. Por eso recurrimos a conocidos", asegura uno de los miembros del equipo. En un principio, y al no saber la continuidad que tendrían los personajes, pasaron por alto el hecho de que fuese una niña. De esto ya han pasado tres años y Carmen cada vez está más grande. "De momento quitándole los pendientes y pelándola muy cortita conseguimos que parezca un chiquillo, pero en cuanto cumpla un año más...", confirma una de las peluqueras.

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