Economía

Astilleros de Sevilla agoniza

Los trabajadores han estimado que a finales de este mes el Juzgado de lo Mercantil y los administradores concursales instarán a la liquidación y cierre de la factoría.

el 16 sep 2011 / 11:31 h.

Trabajadores de Astilleros, a las puertas de la factoría naval de Sevilla, donde se les ha informado de que la Junta de Andalucía comunicó el pasado jueves a UGT y CCOO el cierre inminente de la fábrica.

Las caras de los trabajadores de Astilleros de Sevilla a las puertas de la factoría lo decían todo. Su casa laboral, todo un icono en la industria sevillana, agoniza a falta de un inversor que confíe en las posibilidades de una de la empresas con más solera en la capital hispalense tras 58 años de historia. La situación se tornó ayer en dramática cuando la plantilla -conformada por 87 trabajadores más 14 de una empresa auxiliar- conoció de manos del comité de empresa que, a falta de un milagro, la industria naval sevillana está llegando a su fin. Eso sí, a pesar de todo, aseguraban que "la esperanza es lo último que se pierde".

Tras una reunión mantenida en la noche del pasado jueves por miembros de UGT, CCOO, el comité de empresa y representantes de las Consejerías de Empleo y Economía, los ánimos se venían abajo. Según fuentes de los representantes de los trabajadores, "la Junta nos dijo que tiraba la toalla y que ponía el futuro del astillero en manos de la administración concursal", que será la que ahora determine qué va a pasar con la factoría hispalense, aunque, según las mismas fuentes, la propia Administración andaluza ha instado a su liquidación. Y es que desde que la Junta se hizo con las riendas de la compañía a través de un administrador único no ha logrado encontrar un inversor dispuesto a hacerse cargo de la factoría.

Ante esta situación, el consejero de Empleo, Manuel Recio, afirmó que hay que esperar acontecimientos y recordó que la solución "tiene que ser de iniciativa privada y con un plan de viabilidad". También habló sobre el asunto el presidente andaluz, José Antonio Griñán, quien dijo que la posición de la Junta ante la situación de la factoría de Astilleros de Sevilla es "de intermediación y apoyo en todo aquello que sea conseguir, si es posible, que no cierre, y si cierra, dar el mayor apoyo a la plantilla".

"Ha sido un jarro de agua fría y esta situación se une a la afirmación de los armadores de que no quieren ya los barcos que se estaban construyendo en Astilleros de Sevilla", explicó ayer el secretario del comité de empresa, Joaquín Martínez. De hecho, esta misma semana, el armador chipriota Etdt Offshore, propietario de dos buques que construía Astilleros, comunicó a la empresa y a la entidad inmersa en el proceso de negociación de la financiación de estas naves que no tiene intención de continuar con el pedido encargado al astillero sevillano y reclamó la devolución del dinero entregado a cuenta y de los intereses.

A ello se suma que el pasado abril fue la naviera finlandesa Viking Lines quien ganó un litigio en un tribunal de arbitraje de Londres que obliga a Astilleros a devolver los 39 millones de euros que le adelantó para poder empezar a fabricar el barco que completaba la carga de trabajo de la factoría hispalense. Según el comité de empresa, se necesitan 170 millones de euros para poner en marcha el astillero, "pero no sería a fondo perdido, porque poco a poco esa inversión se recuperaría".

Encierro. Ante esta negra perspectiva, la plantilla decidió ayer encerrarse en las instalaciones del astillero sevillano y votará en asamblea medidas de presión para evitar in extremis el cierre que dará a conocer el lunes. Su ira, dirigida al antiguo propietario de Astilleros de Sevilla -el mismo que el de Astilleros de Huelva- y a la Junta, "que nos ha defraudado, porque planteó una hoja de ruta que no ha cumplido y, tras un año y medio de ineficacia, nos dice que no hay solución", recalcaron.

Así, lamentaron que la Junta "nos diga ahora que no nos apoya", por lo que, según explicaron las fuentes, la administración concursal y el juez de lo Mercantil actuarán de oficio e instarán a la liquidación del astillero, realizando una propuesta e instando a la extinción de contratos y al despido del personal. "Debemos buscar la forma de invertir este problema", afirmaron los trabajadores. Su última esperanza, que la Administración andaluza cambie de opinión. Eso, ante la espada de Damocles de que la empresa sólo tiene fondos para pagar los salarios de los empleados de este mes. Después, un agujero.

Y es que una empresa en suspensión de pagos no puede generar deudas, por lo que, si no se pagan los sueldos el mes próximo, la administración concursal -la suspensión de pagos voluntaria tuvo lugar en octubre del pasado año- actúa. En cuanto a los trabajadores -donde se contabilizan internos y externos-, hay 26 de los transferidos de Izar a los que se les aplicarían las garantías entonces firmadas -la prejubilación entre ellas- y que se acogerían a un ERE extintivo que en principio no era inmediato, ya que tenía como fecha límite el 31 de diciembre de 2012. Al resto de la plantilla se le aplicaría otro ERE de extinción en octubre. A ellos se suman siete personas que pertenecían a una empresa auxiliar de mantenimiento y que pusieron en su día una denuncia para se reconocidos como plantilla, algo aún no resuelto.

Los últimos años han sido muy duros para la factoría. 2004. Aquí comienza el germen de la situación actual a la que se enfrenta la plantilla de Astilleros de Sevilla. Fue entonces cuando la UE declaró ilegales unas ayudas del Gobierno de Aznar a estas instalaciones, lo que conllevó la obligación de privatizar cuatro en toda España, una de ellas, la de Sevilla. Arrastró problemas de liquidación que comenzaron a evidenciarse en septiembre del 2009. En otoño, prácticamente todas las empresas auxiliares se fueron por impago. Lo siguiente fue la paralización de la actividad en diciembre.

Entonces se plantean dos alternativas. Por un lado, la liquidación del astillero. Por el otro, que los derechos políticos pasaran a la Junta y que ésta se hiciera cargo de encontrar inversores para dar salida a la instalación "donde trabajo hay". Esto último es lo que finalmente sucede.

El 1 de mayo de 2010 se aplica un ERE temporal a toda la plantilla de un año y en enero, los trabajadores y la Junta pactan empezar con la actividad en primavera.

El 1 de mayo se incorpora la plantilla -con 183 empleados menos que fueron despedidos a principios de año- para labores de mantenimiento a la espera de un inversor que permitiera seguir con la construcción de los tres barcos encargados. El problema es que no ha llegado.

Este asunto fue ayer motivo de trifulca entre PP y PSOE, después de que el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, instara a la Junta a reflotar Astilleros. A ello respondió el viceconsejero de Economía, Luis Nieto, quien lamentó la "absoluta deslealtad" del alcalde", por su "falta de aportación" de soluciones al problema.

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