A la asamblea de medio ambiente y movilidad del movimiento 15M, que convocó incialmente la concentración, se unieron 23 asociaciones de toda índole (ecologistas , vecinos , ciclistas,...) o simplemente ciudadanos como Pilar y Catalina, dos señoras vecinas "de los barrios" que están en contra de que los coches puedan entrar libremente por el casco histórico. "Cuando se ha restringido la circulación ha sido cuando hemos empezado a disfrutar de esta belleza de ciudad. ¿Has visto qué preciosidad de edificios?", contaba ayer Pilar.
Para otros no se trata solo de belleza o de patrimonio históricos, sino de facilidades. Los padres del colegio Huerto de Santa María se han involucrado activamente en la protesta. Luz Pérez es una de las madres, que explica que desde que empezó a funcionar el Plan Centro "la situación ha mejorado mucho en el colegio, los niños llegan sin problemas e incluso los mayores pueden ir solos . Con coches no podrían hacerlo".
Muchas de las aproximadamente 200 personas que se unieron a la protesta pertencían al movimiento 15M. "Nos hemos involucrado en este asunto porque nuestro objetivo es conseguir ciudades sostenibles y accesibles que sean para las personas", declaraba Ana, miembro de la plataforma. Otro integrante del movimiento, Nacho, criticó que el 15M había solicitado una reunión con el alcalde, Juan Ignacio Zoido, pero que éste "no nos ha hecho caso". Además, dice que "se prometieron alternativas consensuadas y factibles, pero no se nos ha escuchado. Lo seguiremos intentando".
Seguirán luchando pero el desafío no es nada fácil. En su contra tienen una decisión ya tomada y 42 asociaciones que están a favor de la derogación .
Aún así, la protesta se contagió del ambiente festivo que suele rodear a las asambleas del 15M. Tras leer los manifiestos, protagonizaron un desfile con los coches de cartón y cantaron sus propias versiones de, por ejemplo, "El cocherito, leré" o "Maquíllate", de Mecano, debidamente adaptadas a la causa. Se escucharon también consignas como "Manos arriba, esto es un atasco" y se vieron carteles de todo tipo, desde folios en blanco con un gran número cero, la puntuación que le conceden al alcalde por su decisión, como otros fuera de tono en los que Zoido aparecía caracterizado como un miembro de las SS.
Más allá de carteles, muchos criticaban la forma en la que el alcalde ha tomado la decisión, además de mostrar su sorpresa. "Dijo que iba a ser dialogante y ya tenemos la primera cacicada", criticaba José Manuel Robles, miembro de Greenpeace. "Creo que es una medida incorrecta, que va en contra de Sevilla y que sólo tiene el apoyo del comercio", opinaba Beatriz, usuaria de bicicleta. Otros ciudadanos, como José Martín, lo resumía todo en pocas palabras: "Esta ciudad no se hizo para el tráfico".
