Atracó a un anciano de 82 años al que había seguido hasta su casa tras oírle decir en el banco que iba a sacar 1.200 euros, pero no se ha ido de rositas: una minuciosa investigación de la Policía, que ha buscado al delincuente en las cámaras de seguridad de todos los bancos que hay en el trayecto entre el banco en el que se sacó el dinero y la casa de la víctima, ha logrado su detención.
El anciano intentó sacar dinero del cajero automático, pero como no le permitía sacar la cantidad que quería, por ser demasiado elevada, pidió ayuda a una empleada de la oficina de Cajasol de la avenida Cardenal Ilundain. Por desgracia, los problemas de oído que sufría le hicieron pedir el dinero en un tono tan elevado, que un delincuente habitual que estaba en la sucursal lo escuchó y vio clara la ocasión: salió del banco instantes después que el anciano y su hermana, que lo acompañaba, y los siguió hasta su casa, llegando a entrar en el bloque a la vez que sus víctima, alegando que iba a ver a un vecino.
Tras comprobar en qué piso se bajaban y qué puerta abrían, el ladrón siguió su trayecto en ascensor, pero regresó a los pocos minutos, llamó a la puerta, y al abrirle el anciano le puso una navaja en el cuello, exigiéndole el dinero con amenazas de muerte, hasta que consiguió su botín.
Al hacerse cargo de la investigación, el grupo de Grupo de Investigación de la Comisaría del Distrito Sur revisó las grabaciones de la cámara de seguridad del banco y comprobó que un hombre salía del banco justo después del anciano. Los policías fueron persistentes y recorrieron el trayecto entre Cardenal Ilundain y la casa de la víctima, localizando otras cámaras de seguridad de entidades bancarias. Con las de dos bancos distintos de la calle Tabladilla pudieron comprobar que el hombre que salió del banco tras la víctima lo había seguido hasta su casa, e identificar al sospechoso, con varias detenciones por hechos similares. Al ver a la Policía, F.M.M., de 38 años, trató de huir en bici y a contramano por la SE-30, pero fue detenido por varios policías que corrieron tras él. Fue puesto a disposición judicial, aunque el juez lo dejó en libertad.
