Hay quien vivió el 11-M y aún es incapaz de coger un tren, y es preciso mucho apoyo familiar pero también profesional para que aquellos que un día perdieron a sus padres por un tiro en la nuca de ETA, como los hijos del doctor Cariñanos o de Alberto y Ascen, sigan con sus estudios y una vida lo más normalizada posible. Por eso, una asistencia psicológica sin límite temporal e incluida en el sistema sanitario público y ayudas escolares que no se limiten a la exención de tasas sino que incluyan residencia, transporte y equipos de apoyo psicopedagógico son algunas de las reclamaciones de las víctimas del terrorismo en Andalucía a las que la Junta quiere dar respuesta mediante una Ley de atención y asistencia. El PSOE ya ha presentado una Proposición de Ley en el Parlamento y la consejera de Justicia, Begoña Álvarez, se comprometió ayer con las asociaciones de víctimas a que la Junta asumirá dicho texto, aún en borrador.
Tanto el presidente de la Asociación andaluza de víctimas del terrorismo, Joaquín Vidal, como la presidenta de la asociación 11M, Pilar Manjón, insistieron en la importancia de la ayuda psicológica. Actualmente, las asociaciones andaluzas reciben subvenciones para contratar un equipo de psicólogos que atienda a víctimas supervivientes y familiares. El objetivo es que este servicio forme parte de la sanidad pública y que no esté limitado en el tiempo, porque la recuperación es lenta y en muchos casos la terapia será siempre necesaria.
La proposición prevé también que la Junta complemente la ayuda económica que el Gobierno concede a las víctimas, si bien en la reunión de ayer no se habló de cifras. Y si actualmente los hijos de las víctimas están exentos de pagar las tasas en todos los niveles educativos, desde infantil a la Universidad, ahora se pretende que también tengan gratis servicios como el transporte, el comedor o residencia escolares. Pero para Vidal hay algo también muy importante: que la Consejería de Educación cuente con un equipo psicopedagógico especializado al que acudir para atender a estos niños porque "pasa mucho que se vienen abajo y empiezan a suspender".
