En la Liga de Campeones no quedan rivales pequeños a estas alturas de competición. ‘This is Champions’ canta el himno y que le pregunten al Madrid, que cayó ante el Lyon (4o en la Liga francesa) o al Barça, que las pasó canutas ante el Stuttgart (9o de la alemana) pese a que ambos se las prometían muy felices después del sorteo de octavos de final, realmente benévolo para los equipos españoles y durísimo para italianos e ingleses, enfrentados en un doble duelo a muerte (Inter-Chelsea, Milan-Manchester) que puede abrir de par en par las puertas de las semifinales a algún visitante inesperado.
El empate en Moscú es realmente valioso y deja al Sevilla como claro favorito para pasar a cuartos, donde Manchester United, Girondins y Barcelona tampoco deberían tener demasiados problemas para clasificarse. No podemos decir lo mismo del Bayern (que sólo ganó 2-1 a la Fiorentina, y gracias a un regalo arbitral) y tampoco del Madrid, pues el 1-0 que trae de Lyon es muy mal resultado pese a que en el Bernabéu se está mostrando intratable. Arsenal-Oporto y Chelsea-Inter, otro par de cruces mortales, también presentan pronóstico incierto, así que ¿por qué no empezar a soñar despiertos?
El criticado Manolo Jiménez está acertando con las rotaciones y parece tener claro el camino para alcanzar los objetivos que le han trazado, en la Liga, la Copa (ya superado) y la Champions. Veamos: tras el bache liguero –cuatro derrotas seguidas que concluyeron en el Camp Nou, tras dejar al Barça KO en la Copa–, el Sevilla encadena seis victorias (cuatro en Liga, dos en Copa), tres derrotas (dos de ellas inocuas, en la vuelta copera ante Dépor y Getafe) y un empate, éste tan valioso arrancado en Moscú. O sea, que de los diez últimos partidos sólo se pinchó en uno, el de Zaragoza, y como los diez próximos los rentabilice igual ya tenemos a Jiménez paseando una copa, o dos, antes de anunciar que renueva. O que se marcha...
