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Barça-Madrid, el rey de Copas saldrá de otro clásico

Los azulgrana y los blancos disputarán la final en Bilbao tras deshacerse del Power Electronics Valencia (72-64) y del Caja Laboral (78-50), de forma respectiva. Es la quinta vez que disputan el título desde 1984.

el 20 feb 2010 / 23:14 h.

Bullock penetra defendido por Oleson.

El Real Madrid despertó del letargo y entró como elefante en cacharrería en la gran final de esta Copa del Rey de Bilbao. Los varapalos de la Euroliga y alguno que otro en la ACB habían puesto bajo sospecha el proyecto de Ettore Messina, que ante el Caja Laboral, serio donde los haya, que se había deshecho del Bilbao Basket en cuartos como el que espanta moscas, emergió como el candidato a todo que se espera de semejante nómina.

Fabricó el pase con el método que más satisfecho puede dejar a su entrenador, con una defensa estelar, sin conceder respiros, ahogando a la presa una vez que la tenía atenazada. El Caja Laboral, que promedia en liga 80,5 puntos, no llegó ni a diez en dos de los cuatro cuartos (9 en el segundo y 7 en el cuarto), con un 13% en triples y 14 pérdidas.

Su valoración, 37... por 101 del Madrid, que mató por dentro y por fuera, con Lavrinovic y Kaukenas como estiletes de un bloque tremendamente homogéneo.  A partir del segundo cuarto la defensa del Madrid empezó a ser trascendente.

El Caja Laboral, que había logrado un cierto dominio de la situación (20-17) con la agresividad ofensiva de San Emeterio y la fuerza de Barac, que además se sacó de la manga un triple desde la esquina, de pronto se estrelló contra un muro. El quinteto de Messina tejió una tela de araña, reduciendo espacios a la mínima expresión en la zona, distribuyendo ayudas, forzando muchas pérdidas.

Los vigentes campeones empezaron a dudar, y esa parálisis ofensiva se trasladó a su propia defensa, que empezó a conceder rebotes ofensivos para el Madrid de forma suicida (11 al descanso).

Dos triples de Lavrinovic, muy gris en el partido de cuartos, después de que hubiese capturado 5 rebotes ofensivos, dieron al Madrid una ventaja inesperada, cuando además Hansen, uno de los cuatro jugadores madridistas con pasado baskonista, colaboró con otros dos triples a poner la guinda a un segundo cuarto de gran solvencia.

San Emeterio y Barac sólo anotaron un punto en los segundos diez minutos después de hacer 14 en los primeros. Un canastón de Llull cerró la primera mitad (27-40). El campeón, respaldado por una afición increíble, salió fuerte para intentar volver al partido.

El 5-0 inicial pareció sugerirlo, pero el martillo que fue Lavrinovic cortó de raíz la intención con su tercer triple. El Madrid no aflojó y no sólo ganó el partido, le endosó una paliza en toda regla al Caja Laboral antes de presentarse ante el eterno rival.

SIN BRILLANTEZ

El Barcelona, gran favorito para levantar la Copa, alcanzó la final sin brillantez. Ya lo explicó Dusko Savanovic, ala-pívot del Cajasol, a la conclusión del choque de cuartos. La grandeza del equipo de Xavi Pascual no se descubre en los momentos lucidos, sino en los oscuros, porque sea en uno o en  otro, siempre se muestra dominador. Le basta un poco de éste y otro de aquél para ganar. No está con feeling, pero sigue sumando triunfos como cuando era intocable hace unas semanas.

El Valencia le dio menos trabajo que el Cajasol. El taronja no tiene la agresividad de la escuadra de Joan Plaza, y tampoco tiene un juego ofensivo como para hacer tambalear a un gigante. Tuvo el mérito de recuperarse cuando la lid iba rumbo del bostezo (9-19), gracias sobre todo a ese ala-pívot tan heterodoxo en la estética que es Matt Nielsen (12 puntos al descanso), excepción de un partido mediocre (0/8 en triples Valencia y 2/11 el Barça).

Con 44-43 en el inicio del segundo periodo saltó Ricky Rubio a la pista, infrautilizado hasta entonces (3 minutos). Su conexión con Fran Vázquez fue letal, cuando el gallego ya había entrado en erupción (12 puntos en 12 minutos) y los 13 rebotes ofensivos de color blaugrana eran como el agujero de la capa de ozono en la atmósfera valenciana (49-55).

Ricky, recibido al grito de pesetero, coletilla que ya siempre le acompaña, dominó la escena con la naturalidad de los cracks, hallando los pases que sólo él ve con la anticipación de un maestro de ajedrez. En el otro aro, tres puntos de Valencia en 6 minutos. Triple de Ricky (51-62), 14 puntos, 4 asistencias y a la final. Fácil.

FICHAS TÉCNICAS

50 - Caja Laboral (18+9+16+7): Singletary (0), English (5), San Emeterio (10), Teletovic (6), Barac (7) -cinco inicial-, Ribas (6), Huertas (2), Eliyahu (10), Oleson (4), Herrmann (0).

78 - Real Madrid (17+23+18+17): Prigioni (2), Kaukenas (15), Jaric (1), Garbajosa (5), Lavrinovic (21) -cinco inicial-, Reyes (8), Velickovic (10), Bullock (0), Llull (8), Vidal (0), Hansen (8).

Árbitros: Arteaga, Martín Bertrán y Conde. Eliminaron por faltas a Singletary.
Incidencias: Semifinal de la Copa del Rey en el Bizkaia Arena. 14.403 espectadores.

 

64 - Power Electronics Valencia (13+19+ 17+15): De Colo (4), Martínez (11), Claver (11), Pietrus (0), Perovic (14) -cinco inicial-, Simeón (0), Lishchuk (5), Nielsen (19), Kelati (0).

72 - Regal FC Barcelona (22+13+20+17): Ricky Rubio (14), Navarro (10), Mickeal (11), Morris (2), Ndong (6) -cinco inicial-, Basile (0), Lakovic (0), Vázquez (16), Sada (3), Lorbek (8) y Grimau (2).

Árbitros: Hierrezuelo, P. Pizarro y Redondo. Eliminaron por faltas a Martínez y De Colo.

Incidencias: Semifinal de la Copa del Rey. 13.916 espectadores en el Bizkaia Arena.

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